En un día de calor sofocante y en un acto que debió ser postergado en su iniciación dada la gran cantidad de gente que no podía llegar hasta el predio dada la alta afluencia, los denominados productores agropecuarios independientes o autoconvocados hicieron conocer su plataforma de reclamos, que van más allá de situaciones coyunturales y sectoriales, y que apuntan a mejorar las condiciones de vida del interior del país.

Hubo miles de personas que llegaron de todo el país, munidos de la bandera nacional o de distintivos patrios, y soportaron estoicamente por bastante más de las dos horas que insumió el acto, primero bajo un sol abrasador, luego con una lluvia fuerte que duró unos 20 minutos –coincidiendo exactamente con la oratoria de “Serrano” Abella- y finalmente con una bienvenida baja en temperatura para iniciar el viaje de retorno.

LA LLAMA QUE PRENDIÓ

Con la irradiación del Himno Nacional se inició el acto mientras miles de banderas ondeaban movidas por sus portadores en el predio de Santa Bernardina dispuesto por la Sociedad Rural de Durazno para recibir a la concurrencia.

Luego vino la lectura, nombre a nombre, de las más de 300 instituciones, organizaciones y empresas que adhirieron a la actividad, para dar luego lugar a uno de los coordinadores de los  productores autoconvocados, el sanducero Federico Holzman, quien se presentó ante la gente diciendo que «nunca imaginé estar involucrado en algo tan gigantesco».

Primero historió al pasar cómo se gestó este movimiento y señaló el orgullo de haber podido lograr tamaña convocatoria en apenas dos semanas mediante el uso de redes sociales y el respaldo de los productores, comerciantes y trabajadores de todo el país.

«Hace tan solo 15 días éramos un grupo de pequeños productores sin representatividad, con poca expectativa, poco creíbles, hasta se nos tildó de mandaderos de quien sabe qué partido político, o que buscábamos tan solo fama».

 

Federico Holzman durante la apertura del acto en Santa Bernardina. Foto: Pablo Blanc

Dijo que simplemente prendieron la llama de un fuego que se extendió por todo el país de una manera «increíblemente veloz». «Las condiciones estaban dadas. Llevamos mucho tiempo juntando frustraciones, y mechando con piedras en el camino. Algún día una pequeña chispa iba a encender».

Tras lamentar que “se ignora nuestra voz, pero no se nos ignora al momento de cobrar impuestos”, llamó a la unidad, porque una “sociedad unida no tiene chance de fracasar”, dijo mientras la multitud lo aplaudía.

“Queremos una sola República Oriental del Uruguay, soberana, libre y sin divisiones. “Queremos un solo Uruguay”, clamó, mientras la gente gritaba y vivaba por Uruguay.

LAS DIEZ MOCHILAS DEL AGRO

El Ing. Agr. Eduardo Blasina, periodista de Radio Rural, columnista de El Observador y reconocido analista del sector, fue el responsable de enumerar lo que él llamó las 10 mochilas que el sector carga. En su exposición, muy fundamentada y apoyada en los números oficiales mayormente contenidos en el último anuario de la Oficina de Programación y Políticas Agropecuarias (Opypa) del MGAP, también lamentó el alejamiento del ministro Tabaré Aguerre, resaltando algunas de sus acciones, porque “se han logrado muchas cosas que no hay que tirar de la borda. Se ha logrado un prestigio de marca increíble. En el mundo saben que Uruguay tiene trazabilidad, tiene buena carne, tiene buen arroz y vino, y buenos lácteos”.

El siguiente es un resumen de las mochilas que carga el sector y que “no le permiten progresar como es deseado”.

PRIMERA. Es la del “dólar barato y en caída”, dijo. Consideró que cuando bajan los precios de las materias primas que Uruguay exporta, al bajar también el dólar éste “funciona como acentuador de la caída de los commodities. Recordó que “hay países que equilibran la caída de los commodities con el dólar”. Consideró que, según el Fondo Internacional Monetario (FMI), la  moneda estadounidense está 14 % por debajo de lo que debería.

SEGUNDA. Es la inflación, una de las más altas del continente. “Combinar un dólar a la baja y una inflación relativamente alta genera daño”, consideró.

TERCERA. Es el valor de la energía. “Uruguay es admirado por su revolución energética, pero nada de esa revolución llega al productor, pero sí se usa para recaudar”, aseveró, considerando “lo dificultoso que es producir con el costo energético más caro de la región. Si queremos más y mejor Mercosur no debería obligarse a producir a costos mayores que los que tienen los otros países miembros del bloque”.

CUARTA. La relativa a los impuestos, que “no dejan de crecer. A ningún productor le molestaría pagar impuestos, siempre y cuando éstos solo estuvieran vinculados con la rentabilidad de la producción. Pero están los impuestos ciegos que se aplican sin tener en cuenta los resultados de las empresas agropecuarias. El impuesto ciego que más creció es la contribución inmobiliaria”.

QUINTA. Tiene que ver con la infraestructura, con la condición de los caminos y las carreteras. “Los extranjeros dicen que Uruguay tiene buenas carreteras porque sólo circulan por las principales, pero yo le digo que esa es sólo una parte de la historia” porque hay muchas otras que están en muy malas condiciones, y que eso se llama ‘inequidad”. Y agregó: “imaginen lo que es tener un problema de salud y demorar horas en llegar a un hospital porque en los caminos no se puede circular a más de 40 km por hora”.

Eduardo Blasina realizó un análisis para que todos entendieran los problemas que tiene el agro

SEXTA. Para Blasina, la de los salarios es una mochila que se debe cargar “con alegría” porque “no hay nada mejor que nos vaya bien y podamos pagar bien a nuestros empleados. Pero crecen los empleos públicos y se pierden los privados. Esa es una tendencia muy peligrosa”.

SÉPTIMA. Es la relativa al precio de la tierra, que está bajando con lo cual se desvaloriza nuestro país. “La caída del valor de la tierra siempre es señal de alerta. Hay tierras de alto potencial en las que se renuncia a producir alimentos para dedicarlas a la forestación. No está mal que crezca la forestación, bienvenida la inversión en forestación, pero una es cosa la inversión en tierra de bajo potencial que se valoriza a la de tierras de alto potencial en las que se renuncia a producir alimentos”.

“La deuda no se arregla creando un fondo y otro fondo. La deuda se soluciona generando condiciones de producción para pagar esas deudas».

OCTAVA. Blasina puso en este ítem al endeudamiento. “Hay que atenderla antes de que crezca porque empieza a ser un tema al que prestan atención. “La deuda no se arregla creando un fondo y otro fondo. La deuda se soluciona generando condiciones de producción para pagar esas deudas. Ya pasamos por situaciones de esa índole en 1982 y en 2002. Hagamos algo antes de que en 2022 el problema ya sea grave. Si el agro cae, poco tiempo después todo se cae», advirtió Blasina. «Ya vimos que la película termina mal».

NOVENA. Es la del comercio internacional, porque el país paga más de U$S 200 millones anuales en aranceles por falta de acuerdos con países a los que les vendemos nuestros productos. Tenemos un canciller que apoya los Tratados de Libre Comercio (TLC), pero necesitamos que tenga la potestad de hacer acuerdos de ese tipo.

DÉCIMA. Y ahí consideró a los prejuicios. “Todos tenemos prejuicios. Y esto no es entre buenos contra malos, cumbia contra rock, no. Contra los productores hay un prejuicio por poseer tal o cual vehículo. Eso no es bueno. El gobierno, que ha aprobado tantas leyes de inclusión, también debería incluir al agro y al productor rural en sus políticas inclusivas”.

«El gobierno, que ha aprobado tantas leyes de inclusión, también debería incluir al agro y al productor rural en sus políticas inclusivas”.

Finalizando, pidió imaginar un país en el que todos tuvieran la tranquilidad de que el Estado y la sociedad en su conjunto quieran que cada uno pueda hacer lo suyo tranquilamente. Citó datos de predicciones de caídas en diferentes rubros, y dijo que es necesario imaginar “a dónde podemos llegar”.

El reclamo no era pedir que le saquen a unos para que le den a otros sino “corregir un exceso de gasto que está generando un atraso cambiario que ahoga a toda la economía y no se puede sostener. Imaginemos que podemos exportar el doble de lo que estamos exportando. Esto no tiene partido, no tiene otra bandera que la de acá, y es posible hacerlo”, consideró.

Parafraseando a John Lennon, Blasina terminó diciendo: “todo lo que estamos pidiendo ‘es denle a la producción nacional una chance”.

UN MODO DE VIDA

Si el análisis de Blasina suponía esperar una sorpresa en su exposición, la de Walter Abella, el Serrano para la audiencia que lo sigue desde hace 50 años en La Voz de Melo o en sus intervenciones de martes y sábados en Radio Rural habló sobre lo que la gente esperaba de él, y fue así que durante su oratoria –signada por la lluvia- fue cuando más la multitud aplaudió, gritó y se emocionó.

“Hoy los productores le dieron una cachetada a la indiferencia. Hoy rompieron todos los  moldes, por encima de las gremiales, los partidos políticos, los sindicatos y los medios formales de comunicación», aseveró.

Considerando que el momento del campo y las empresas “es muy difícil», reprochó a quienes desde el oficialismo acusaron a los productores de «tener un interés político subalterno» y representar a la «oligarquía». «¿No llegó la hora de decir basta?», se preguntó.

Abella señaló que los productores no están «en contra de la política y no creen en los mesianismos. Estamos cubiertos de hipocresía, cinismo y envueltos en una enfermedad que se llama demagogia. Alguien tiene que cambiar eso y hoy somos nosotros», dijo.

A su criterio, la movilización no se termina en la jornada del martes, sino que es el nacimiento un movimiento que de ahora en más exigirá a las «supuestas mayorías» el respeto por las «supuestas minorías», porque es la «esencia de la libertad».

Abella cuestionó a los políticos que ganan más de 200 mil pesos y “mucha plata para diarios que ni siquiera leen”. Por eso aseguró que estamos “inundados de hipocresía”.

En su alocución, citó varias veces a José Artigas, “¡al mejor de nosotros!”.

La pasión y la vehemencia caracterizaron la oratoria del Serrano Abella

“No estamos contra la política, pero recordemos que el desprecio por el interior y el campo es de todos los tiempos y ahora aumenta por una idea política que más los golpea. ¿De qué vale la democracia si no se puede poner una plato de comida para sus hijos y no los puede ver crecer sanos y educados? Cuidemos la libertad celosamente en todos sus órdenes. Las cosas económicas son nada frente a la libertad. Con libertad ni ofendo ni temo dijo el Jefe”.

Y también recordó que los Treinta y Tres “desplegaron la consigna Patria o Muerte por el mismo motivo. No vamos a reclamar que sacrifiquen sus sueldos cuantiosos. En lo posible, como solidaridad, que se embanderen con esta causa. No llenemos de simplismos arteros la cabeza de la gente para no dejarla pensar. El Estado no genera riqueza como debería sino que a veces la dilapida sirviendo intereses mezquinos. Llegaremos a nuestra casa, cansados y con los bolsillos más flacos, pero con la certeza de la tarea cumplida. No va más…”, clamó mientras era ovacionado.

«El Estado no genera riqueza como debería sino que a veces la dilapida sirviendo intereses mezquinos».

Agregó que “un país que produce y trabaja tiene siempre a mano el éxito. Esto se generó sin sindicatos, lejos del poder, sin clubes políticos. Fue la gente. Sería muy ruin desconocerlo. El campo no es un medio de vida, sino un modo de vida. Nuestros derechos terminan donde empiezan los de los otros. Retornaremos a contar nuestros próximos pasos. No conocemos odios pero seguiremos luchando por hacernos entender. Viva el trabajo, los trabajadores, el comercio, la industria, el campo… ¡Viva la patria carajo!”, gritó con la poca voz que le quedaba mientras a su frente flameaban las banderas mientras el público le respondía con un fuerte ¡Viva!

LOS RECLAMOS DE LA PROCLAMA

La esperada proclama de los productores autoconvocados le insumió 30 minutos de lectura al  comunicador Joge Landi – Radio Montecarlo y Agro 4 en Canal 4-, en lo que fue el cierre del acto.

Si bien había trascendido que la misma haría hincapié en cuatro o cinco puntos, fueron algunos más los aspectos abordados en la oportunidad.

A grandes rasgos, los reclamos fueron los siguientes:

  1. Suspender el ingreso a la función pública al menos por tres años a excepción de cargos con requisito de título habilitante o que tengan atención en educación, salud o seguridad.
  2. Rever gastos de asesores que no son esenciales, incluyendo el caso de las intendencias.
  3. Exigir a los legisladores que den cuenta de sus viáticos y devuelvan lo no utilizado.
  4. Suspensión de partidas adicionales para gastos que no son imprescindibles, caso de los diarios, celulares y secretarios.
  5. Eliminación de campañas publicitarias del Estado que no apunten a campañas sanitarias.
  6. Recortar la flota de vehículos del Estados a la mitad.
  7. Que los organismos del Estado realicen un plan de reducción de costos de funcionamiento.
  8. Mayor eficiencia en las políticas sociales
  9. Aprobación de una ley fiscal que obligue a no gastar más de lo que ingresa.
  10. Mantener el precio del gasoil a la paridad de importación.
  11. Que cada quien se haga cargo de sus deudas, pero con un reperfilamiento con períodos de gracia. Suspender ejecuciones para que ni un productor más se vaya del campo.
  12. Que se tomen medidas para solucionar el atraso cambiario.

La tarde había refrescado. La multitud se fue ordenadamente por donde vino, unos de cerca, otros para desandar cientos de kilómetros. Unos y otros se fueron con la convicción de que había vivido un día histórico, de esos que jamás se olvidan.

La concurrencia vista desde el aire, en pleno acto. Foto Marcelo Umpiérrez, de El Observador

Foto destacada: tomada de redes sociales. Fotos Blasina y Abella, tomadas de transmisión de TV

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