El presidente de la Asociación Cultivadores de Arroz también advirtió que la jornada laboral de seis horas “traerá sobrecostos a cualquier industria del Uruguay” y una “baja de la plantilla laboral”.

Las exportaciones de arroz cáscara y de ganado en pie son “válvulas de alivio” que tienen que estar “bien aceitadas”, sino “el pato siempre lo termina pagando el productor”, sostuvo el presidente de la Asociación Cultivadores de Arroz (ACA), Ing. Agr. Guillermo O´brien.

En entrevista con Agronegocios Sarandí, el productor sostuvo que “Uruguay no deja de ser caro” y de “tener problemas de competitividad”, por lo tanto, puede ocurrir que sea “más negocio exportar arroz en cáscara que elaborarlo un Uruguay”.

Mencionó el ejemplo de Europa, que se le vende con el “mínimo procesamiento”, a ese arroz “se le saca a la cáscara nomás, para ser gráfico”, dijo. “Ese insumo lo toman los molinos de Europa y generan sus productos, pero saben que están comprando un muy buen producto”, agregó.

“Como productor bienvenido que está esa válvula de alivio, porque sino el que termina pagando es el productor del producto primario”

Planteó que esta es una situación similar a la que se da con la exportación de ganado en pie. “Como productor bienvenido que está esa válvula de alivio, porque sino el que termina pagando es el productor del producto primario”, enfatizó.

A propósito, dijo que esas válvulas siempre tienen que estar “bien aceitadas”, porque “sino el pato lo paga el productor, ya sea de ganadería, de arroz o de alguna otra cosa”.

Comentó que el año pasado los arroceros llegaron a exportar 45% de arroz cáscara, “un producto que es muy apetecido afuera por esa molinería”.

Jornada laboral de seis horas

La jornada laboral de seis horas “traerá sobrecostos a cualquier industria del Uruguay” y una “baja de la plantilla laboral”, advirtió el presidente de ACA.

El productor de la zona de Tomás Gomensoro, Artigas, dijo sobre la intención del gobierno electo de analizar la posibilidad de una jornada laboral de seis horas, que “lo primero que uno debe pensar es que en lo inmediato eso va a traer sobrecostos a cualquier industria en Uruguay”.

“Veremos si el Uruguay está dispuesto a esos sobrecostos por encima de la falta de competitividad que tenemos”, agregó. Y también consideró que eso “va a implicar” una “baja en las plantillas laborales”.

“Son de las cosas que tenemos que poner arriba de la mesa los distintos sectores productivos con el nuevo gobierno y ver cuál es el camino del medio”, planteó.

 

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