El encuentro de los mandatarios Donald Trump y Xi Jimping en Corea del Sur, y los anuncios posteriores le dieron cierta tranquilidad al mercado mundial de la soja. La empresa argentina Granar, que se define como “accionista y operadora de los principales mercados de futuros desde sus comienzos”,  hizo un análisis de la situación, el que aquí compartimos.

Ya en las jornadas previas al encuentro entre Donald Trump y Xi Jinping –el jueves 30, hora de Corea; miércoles por la noche, hora de Argentina– la expectativa del mercado era alcista por la convicción de los operadores de que se estaba ante una instancia bisagra en el conflicto comercial.

Esas expectativas fueron apuntaladas por las negociaciones preparatorias para el cónclave que el fin de semana anterior entablaron delegaciones de EE.UU. y de China en Malasia y por las primeras compras chinas de soja estadounidense 2025/2026 confirmadas el miércoles –se habló de tres cargamentos, por entre 180.000 y 195.000 toneladas adquiridos por Cofco– y, luego, validadas por la secretaria de Agricultura de Estados Unidos, Brooke Rollin.

«Esta compra, que se produce justo antes de las conversaciones entre Trump y Xi, demuestra que Estados Unidos va en serio y que restableceremos el equilibrio, daremos a los productores estadounidenses las oportunidades que se han ganado y enviaremos el mensaje de que cuando Estados Unidos lidera en agricultura, el mundo escucha», escribió la funcionaria en X.

“daremos a los productores estadounidenses las oportunidades que se han ganado y enviaremos el mensaje de que cuando Estados Unidos lidera en agricultura, el mundo escucha», dijo la secretaria del USDA

Pese a esto, pasado el cónclave entre los presidentes la primera reacción –mercado nocturno, madrugara del jueves– fue bajista, porque dentro de la batería de temas tratados hubo pocas precisiones sobre el comercio agrícola.

«Estoy sumamente honrado de que el presidente Xi autorizara a China a comenzar la compra de grandes cantidades de soja, sorgo y otros productos agrícolas. ¡Nuestros agricultores estarán muy contentos!», fue la primera referencia de Trump en su cuenta de Truth Social.

Eso, para las expectativas de los operadores, resultó poco. No fue hasta la aparición –pocas horas después del mensaje de Trump– del secretario del Tesoro, Scott Bessent, que la corriente alcista volvió al Chicago. En efecto, fue este funcionario quien aportó lo que el mercado quería escuchar, detalles:

–Compras chinas por 12 millones de toneladas en lo que resta del año (sigue sin estar claro si la referencia es al año calendario o al ciclo comercial).

–Compras chinas por 25 millones por año durante los próximos 3 años.

–Compras por 19 millones de toneladas por parte de otros países asiáticos, sobre los que no hubo mayores detalles.

«El anuncio es una excelente noticia para la agricultura estadounidense y los productores agradecen enormemente al presidente Trump por priorizar la soja en las negociaciones con China», declaró Caleb Ragland, presidente de la Asociación Americana de Soja (ASA, por sus siglas en inglés).

«El anuncio es una excelente noticia para la agricultura estadounidense y los productores agradecen enormemente al presidente Trump por priorizar la soja en las negociaciones con China»

En el comunicado publicado por esta entidad se agregó que, aunque aún resta conocer detalles, se asumen las cifras explicitadas por Bessent como «compromisos de compra mínimos» desde donde se pueda crecer.

«La ASA celebra que estos compromisos se establezcan como mínimos y espera un crecimiento continuo en las compras de soja por encima de estos niveles. Históricamente China compró entre 25 y 30 millones de toneladas de soja estadounidense en los últimos años y los compromisos de hoy sientan una base sólida para volver a esos volúmenes tradicionales en los próximos ciclos comerciales», sostuvo la entidad.

“Históricamente China compró entre 25 y 30 millones de toneladas de soja estadounidense en los últimos años”

Y, en efecto, se podría decir con bastante poco margen de error que el acuerdo al que arribó Trump con su par chino no hace otra cosa –si China lo cumple– que devolver al mercado de la soja al estado anterior al inicio de la guerra comercial provocado por la propia Casa Blanca.

Por caso, según cifras ponderadas por Karen Braun, analista de la firma estadounidense Zaner Ag Hedge, en el ciclo 2024/2025 el comercio de soja estadounidense a China sumó 22,60 millones de toneladas, mientras que el promedio de las últimas cinco campañas fue de 28,90 millones de toneladas.

Entonces, más allá de las lecturas políticas sobre todo lo ocurrido, y en la espera de que lo que se comunicó se plasme en un documento firmado por ambas partes, algo que aún no sucedió, lo que hay que tener en cuenta es de qué modo lo anunciado podría impactar sobre el cuadro de oferta y demanda de soja estadounidense.

En ese sentido, el margen de error es muy amplio porque el USDA no ofrece informes semanales sobre exportaciones y estado de cultivos desde hace un mes; porque no publicó el reporte mensual de estimaciones agrícolas de octubre, y porque no se sabe qué será del cierre del gobierno de Estados Unidos, que lleva 32 días y que está a nada de superar la mayor marca histórica para un «shutdown», que fue de 35 días y que ocurrió entre el 22 de diciembre de 2018 y el 25 de enero de 2019, durante la primera presidencia de Donald Trump.

el margen de error es muy amplio porque el USDA no ofrece informes semanales sobre exportaciones y estado de cultivos desde hace un mes

Dicho todo eso, asumiendo que los 12 millones de toneladas corresponderán a las ventas estadounidenses de soja a China durante la campaña 2025/2026 –va del 1º de septiembre al 31 de agosto–, Estados Unidos debería encontrar otros destinos para colocar 33,86 millones de toneladas de soja, teniendo como referencia el objetivo de exportaciones por 45,86 millones de toneladas que el USDA proyectó en septiembre.

Vale usar como referencia que de los 51,03 millones de toneladas exportados por Estados Unidos en el ciclo 2024/2025 cerca del 47% fue a China.

Ahora, los 12 millones de toneladas representarían apenas el 26% de las ventas externas totales previstas por el organismo. Entonces, parece difícil que los exportadores estadounidenses logren el objetivo de suplantar en la actual campaña lo que China no compraría, de no mediar parte de esos 19 millones de toneladas fuera de agenda que Bessent dijo comprarán otros países asiáticos, pero de los que no se saben nombres, fechas, ni momentos de embarques.

parece difícil que los exportadores estadounidenses logren el objetivo de suplantar en la actual campaña lo que China no compraría, de no mediar parte de esos 19 millones de toneladas fuera de agenda

Ante tantas incertezas, y esperando que el cierre del gobierno estadounidense logre levantarse y dar lugar a la publicación del informe mensual que el USDA debería revelar el 10 de noviembre, no podría descartarse un ajuste importante en el objetivo de exportaciones y un volumen de las existencias finales más próximo a los 15 que a los 8,17 millones de toneladas calculados de manera oficial en septiembre.

Es evidente que restan muchos aspectos del acuerdo que deben ser aclarados. De momento, el mercado optó por expresar sobre las pizarras la tranquilidad que implicó un acuerdo de palabra entre los mandatarios de las dos principales potencias mundiales.

Para leer la letra chica del acuerdo y reaccionar en consecuencia aún habrá tiempo.