En dos días de remate, se colocó el 83% de la oferta. Fueron 10.870 los vacunos dispersados hacia todo el país, en negocios que mostraron mayormente un ajuste a la baja y con una demanda que prefirió algunas categorías sobre otras.

“La lluvia incidió, tanto en el ánimo de los productores como en las ventas”, aseguró Alejandro Silveira, director de Esc. Miguel A. Izmendi, quien manifestó en Agronegocios Sarandí que “quienes vendieron tenían la necesidad de hacerlo, y aunque les lloviera no iba a cambiar su postura. Muchos campos están pelados y el invierno está cada vez más cerca”.

Hablando del remate en general, opinó que “hubo categorías que se vendieron bien, otras más  o menos y otras no tan bien”.

En ese sentido, Silveira amplió reseñando que “lo de invernada anduvo bien, las terneras bien, más o menos los terneros mixtos, las vaquillonas con algo de dificultad, muy trancados los vientres preñados y las piezas de cría se colocaron con mucha dificultad”.

Por su parte el Dr. Federico García Lagos, del área ganadera de Copagrán, calificó como “muy buena la venta de los ganados de invernada, donde se colocaron mejor los terneros y novillos más livianos, enlenteciéndose en cambio la venta de los animales más pesados”.

También dijo que, pese a la buena demanda y a las preofertas, “se produjo un ajuste en los valores con respecto al remate pesado. Creo que la seca llevó a que mucha gente estuviera más conservadora ante tan buena y voluminosa oferta, en un panorama muy diferente al que se ve hoy con el ganado gordo”.

Con respecto a la lluvia, señaló que “dinamizaron la actividad y, en la medida de que sigan dándose y se mantenga el panorama con el precio del gordo, la reposición seguirá favorable al comprador aunque habrá que ver cómo se comportará el mercado en próximos remates”.

Los valores finales del remate, tanto para vacunos como para ovinos, fueron los siguientes:

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