Ricardo Giovio, experto en crisis empresariales, afirmó que la empresa “no es auditable”, porque “sus balances no reflejan la realidad”

“Más allá de lo de Grupo Larrarte y República Ganadera, esto no duraba más de dos meses. La empresa me reconoció que hace 30 días que está en insolvencia”, dijo el contador Ricardo Giovio, experto en crisis empresariales, contratado por Conexión Ganadera para encontrar una salida ante la denuncia de inversores por estafa y apropiación indebida.

La compañía que ofrece inversiones en ganadería “no pude estar media hora más sin concurso”, sostuvo el profesional en una transmisión en vivo a través de YouTube, a la que se conectaron más de 5.000 personas.

Giovio consideró que Conexión Ganadera “precisa el concurso, pero no tiene abogado designado todavía”, y planteó que el concurso “es un manto para poder negociar”.

“esto es tan grande, que por más que le erremos en una cifra, el diagnóstico es el mismo”

El contador sostuvo que el problema “no es de liquidez, sino de solvencia”. Y agregó que “lo único que hizo la liquidez fue desnudar el problema que había”.

Informó que Conexión Ganadera “paga U$S 4 millones de intereses (mensuales), más una corrida de 10 o 15 millones de vencimientos que no van a renovar. La empresa precisa U$S 20 millones por mes. No es un problema de liquidez, es de solvencia y es grave”.

Afirmó que el faltante es de “cerca de U$S 230 millones, más-menos 30 millones; es casi 60% de los pasivos”. Y más adelante comentó: “esto es tan grande, que por más que le erremos en una cifra, el diagnóstico es el mismo”. Y planteó a los inversores que la decisión es entre oportunidad y exactitud.

La salida sin balances

Giovio planteó que “habrá que optar entre liquidación o buscar una salida privada, eso creo que se va a resolver legalmente”.

Dijo que la empresa “maneja U$S 400 millones de pasivo y U$S 400 millones de activo y no tiene balances, porque nunca tomó deuda bancaria”. Por eso sostuvo que “es inauditable”. “Lo primero que hay que hacer es contabilizar lo que no está. Hace 25 años que se está recogiendo la operativa de esta forma”, expresó de forma contundente.

“Y sin haber empezado como un esquema Ponzi, terminó en un esquema Ponzi. Como me dijo un contador con mucha experiencia: Todo esquema Ponzi arranca con pagar fijo y recibir variable”

Analizó que el proceso “seguro inició como proyecto viable, en un momento se empezó a perder plata, la liquidez pasó a ser el problema principal y ahí al negocio no lo miraban tanto”. “Y sin haber empezado como un esquema Ponzi, terminó en un esquema Ponzi. Como me dijo un contador con mucha experiencia: Todo esquema Ponzi arranca con pagar fijo y recibir variable”, comentó.

A propósito, dijo que “si uno quiere pagar fijo en base a una actividad variable, termina en un esquema Ponzi. Este terminó en un esquema Ponzi, tapando los que faltan con los que entran”.

Los activos

Entre los activos a los que llegó el contador se incluyen los de Conexión Ganadera y los de Gustavo Basso. Detalló que en ganado hay U$S 100 millones, y que el 90% está en Conexión Ganadera, a través de la empresa Hernandarias —que manejan Pablo Carrasco y su esposa Ana Iewdiukow—, que es el tomador interno de ganado, mientras que el 10% restante es en acuerdo con productores externos.

Además, hay U$S 13 millones en campos y U$S 27 millones en créditos al frigorífico Casa Blanca (de Paysandú).

También se refirió a la compra del frigorífico de ovinos Bamidal, adquirido por Gustavo Basso en Paso de los Toros. “Fue una inversión de U$S 15 millones, que factura U$S 16 o U$S 17 millones, que está alcanzando un equilibrio, está en reforma, y esa planta es de ustedes”, comentó a los inversores.

“si bien los inversores pusieron plata para ganado, hoy hay campos y cuentas a cobrar, eso está mal que esté. Hay un problema claro de manejo”

Y sobre los campos dijo que “son unas 2.000 hectáreas, valen unos U$S 12 millones” a precio del mercado y “están arrendadas a Hernandarias”.

Además, hay otras empresas, como Del Terruño SRL y Del Terrupo LLC (Estados Unidos). La de Uruguay maneja la marca de carne Stradivarius, factura al año U$S 800.000 y tiene activos por U$S 50.000. Y la de Estados Unidos factura U$S 10.000 por mes, “es prácticamente nada”, dijo el contador.

Explicó que los U$S 50 millones que están en créditos, a Casa Blanca y la inversión en Bamidal, “rentan cero”, mientras que a los inversores les pagan entre 8% y 10%. “Solo eso son entre U$S 4 millones y U$S 5 millones de pérdidas”, apuntó.

Los inversores

Por otra parte, a los inversores se les debe U$S 384 millones. “En el proceso concursal todo esto se va a auditar solo”, dijo Giovio.

El profesional señaló que “si bien los inversores pusieron plata para ganado, hoy hay campos y cuentas a cobrar, eso está mal que esté. Hay un problema claro de manejo”.

“Hay 200 abogados buscando más activos, si los encuentran van a estar, pero no todos los activos tienen un valor”

Los inversores son 4.200. El 50% del pasivo se concentra en aproximadamente 570 inversores; y 75% del pasivo se concentra en aproximadamente 1.510 inversores. Pero el contador advirtió que “en un proceso concursal van a verificar bastante menos pasivos, esa es la sensación que tengo”.

De todos modos, no descartó que el déficit pueda mejorar, ya que “hay 200 abogados buscando más activos, si los encuentran van a estar, pero no todos los activos tienen un valor”. Señaló que el escritorio Gustavo Basso Negocios Rurales “es una marca que hoy no sirve, no sé si tiene activo, lo que sé es que debe U$S 9 millones a los bancos, no lo veo como un activo a incorporar”.