La directora de Opypa advirtió sobre la vulnerabilidad que significa la concentración de productos y mercados, que exige una inminente diversificación.
El reconocimiento que “tenemos una vulnerabilidad enorme como país y el único antídoto ante eso es diversificar mercados y productos”, a pesar de lo cual “Uruguay puede ser un destacado proveedor internacional de alimentos”, fue resaltado por la economista Verónica Durán, directora de la Oficina de Programación y Política Agropecuaria (Opypa) del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), entrevistada por Agronegocios Sarandí.
La jerarca admitió que la logística y la inserción internacional son la mayor preocupación cuando se habla con el sector privado, y “son claves para la competitividad, para el desarrollo futuro”.
Durán cree que el país “tiene para crecer muchísimo, no solamente en las cadenas, también tiene que mejorar la eficiencia y la inserción internacional. Sobre la situación del sector avícola, dijo que no hay que distraerse: “el principal desafío para la cadena avícola es crecer hacia afuera”.
En el comienzo del diálogo Durán se presentó como “una economista, madre de dos hijas hermosas, Cecilia y Florencia; esposa de Mariano. Con una gran vocación de servicio público, hace 22 años que trabajo el MGAP, y con una gran capacidad para trabajar en equipo y tener relaciones interpersonales e interinstitucionales virtuosas”.
Durante la presentación del Anuario de Opypa hacías referencia a la renovación del equipo con mucha gente joven, con referentes que se están retirando después de casi tres décadas, con otras profesiones diferentes que se han incorporado. Te has hecho cargo de la oficina hace tres meses, cuando se retiró el ingeniero Adrián Tambler, un histórico dentro de Opypa…
Este es un año bisagra. Te diría que hasta emocionalmente para el equipo, porque son muchos los referentes que hace 35 o 38 años estaban trabajando en la oficina (que se van). La importancia de la continuidad del Anuario, que refleja la continuidad de líneas de trabajo, de equipos que se van fortaleciendo, que van cambiando pero van manteniendo una visión de largo plazo; contribuyendo con las políticas de largo plazo. Para eso son bien importante los equipos técnicos
Algo importante es la independencia técnica que mantuvo Opypa a lo largo de los años, más allá de quien esté a cargo del Poder Ejecutivo y del MGAP…
Esa es una virtud importante, que nos encargamos de preservar en todas las administraciones. Al principio los ministros llegan con el deseo de que la oficina esté de su lado, y le hacemos notar enseguida que lo importante de Opypa es poder demostrar los pro y los contra de las políticas que trae cada administración. Que obviamente son totalmente válidas, pero tenemos la responsabilidad de demostrarles con independencia técnica si hay riesgos, si hay factores negativos, las cosas positivas que se pueden potenciar, las cosas positivas que se hacían de otra manera y no hay por qué discontinuar. Creo que eso ayuda mucha a la continuidad del equipo técnico y la independencia técnica, que son factores claves
¿Cuánta gente integra la oficina?
Ahora nos venimos achicando por estas jubilaciones y estamos en 20, contando a todos; desde la secretaria, un pequeño equipo que está trabajando en un proyecto específico de Ganadería y clima, que es un proyecto más de terreno. Con la especificidad de la ganadería de campo natural, y de probar las emisiones de gases de efecto invernadero. Tienen un proyecto específico.
Decías que hay integrantes con varias profesiones…
Sí, ese también es un cambio de los últimos años, que es bien interesante. Opypa siempre fue un lugar de agrónomos, en un momento yo era la única economista, no solo de Opypa sino del MGAP.
Cuando entré a la oficina, algunos compañeros me decían: por fin conocí a la única economista que tiene el MGAP. Ahora tenemos un grupo importante de economistas, pero tenemos biólogos, sociólogo, antropóloga, hay una contadora. Gente con distintas disciplinas y distintas formaciones. Eso aporta mucho a poder entender, por qué hoy en día Opypa, el MGAP y el país tienen desafíos grandes que hay que mirarlos desde distintos ámbitos. No se puede mirarlos solo desde lo agronómico, solo desde lo ambiental. Realmente necesitamos interactuar y creo que eso es parte de la riqueza de Opypa, que se ha venido construyendo en los últimos años.
Más allá del Anuario, ¿en que se enfoca básicamente el trabajo en todo el año?
El Anuario es lo visible. El centro de la actividad de Opypa es el asesoramiento a las autoridades. Nos pasamos todo el año trabajando con el ministro, con el subsecretario, con los directores de las unidades ejecutoras y ahí se nos va la vida. Ese es el cometido de Opypa, asesorar en políticas, evaluar políticas, pensar propuestas nuevas o contribuir a que se generen otras políticas y también la interacción con la institucionalidad, que es algo que hay que reforzar muchísimo más. Es algo en lo que Opypa participa y trata de interactuar con otros ministerios, con la institucionalidad público–privada agropecuaria, pero nuestro objetivo principal son las autoridades, ahí es donde hacemos nuestro foco.
¿Cuando entraste a Opypa tenías antecedentes en el agro o no?
Mi papá es ingeniero agrónomo, pero no tenía antecedentes y no tengo tampoco una vida de campo.
Apareció un llamado y te presentaste…
Sí, me presenté, me gustaba. Era estudiante todavía, hace 22 años que estoy en la Oficina. Había hecho en Facultad la materia economía agropecuaria, que me había gustado mucho, me gusta mucho la economía aplicada y poder contribuir en las soluciones a problemas de desarrollo; esa es la verdad. Capaz que me hubiera podido desarrollar también en otro ministerio o en otra área, incluso en la actividad privada, pensando en cómo se contribuye desde la teoría económica, desde el conocimiento de la economía, a solucionar los problemas que tiene el país.
Pasado el tiempo, ¿te sentís conforme?
Sí. La verdad que el trabajo es gratificante en el MGAP y en la Oficina. La diversidad de temas es impresionante. Después están los problemas de coyuntura, que también tienes que contribuir a pensarlos. En todos los temas la Oficina siempre tiene algo que decir y que pensar. Las conversaciones internas que tenemos con las autoridades casi siempre son de pensar juntos y decir: está este problema, agarrar las herramientas de las teorías económicas y los datos, entender la realidad, entrevistarnos o reunirnos con los actores y tratar de construir juntos una posible solución a los problemas.
¿Molesta que a veces las decisiones se tomen más desde lo político que desde lo técnico?
No, no molesta para nada, porque en realidad esa es la función de una oficina técnica: asesorar a los políticos, no tomar las decisiones políticas. Para eso están los ministros, los senadores, los diputados. Justamente, esa separación creo que es lo que nos hace bien. Decir: como oficina técnica hacemos una recomendación, un análisis, un estudio y generamos un conocimiento, pero la decisión es política, la responsabilidad es política, y está bien que así sea, porque los que fueron elegidos por la ciudadanía son los políticos y no los técnicos. En una decisión de política hay que balancear muchas cosas, no es solo lo técnico o lo que racionalmente uno podría recomendar. Hay que balancear los aspectos políticos, sociales y otras consideraciones muchas veces internacionales, que uno quizás no ha tenido en cuenta. La oficina asesora y la decisión la toman los políticos. La agenda (de Opypa) va cambiando rápidamente. Todos estos temas nuevos de sostenibilidad y cambio climático son realmente novedosos. Si uno mira la larga historia de la Oficina, que trabaja los temas desde el año 1964, claramente son relativamente nuevos.
Y el concepto de cadena está muy arraigado en Opypa, hay varias cadenas productivas. ¿Cuáles son las más que mejor funcionan, las más pujantes, a cuales otras le ves oportunidades de mejora?
Esa es una pregunta difícil. El funcionamiento de las cadenas responde muchas veces a la estructura económica de la cadena, a los actores, a las reglas de juego básicamente. Es decir, cada mercado o cadena, que sería como un conjunto interrelacionado de mercados, responde a los incentivos que están en juego y a la estructura. Entonces, el funcionamiento responde a un conjunto de factores.
“El país tiene grandes oportunidades de desarrollo, basado en sus cadenas industriales”
Todas tienen oportunidad de mejora, en realidad el país tiene grandes oportunidades de desarrollo, basado en sus cadenas industriales. Y no solo pensando en los productos básicos, tenemos oportunidades de desarrollar productos nuevos, basados en las cadenas y de desarrollar cadenas basadas en conocimiento. Por ejemplo: todas las plataformas de tecnología agroindustriales. El país tiene para crecer muchísimo, no solamente en las cadenas, también en mejorar la eficiencia, la inserción internacional; hay muchas oportunidades en todas las cadenas.
Un dato muy preocupante es la economía de China, el bajo nivel de crecimiento que tuvo en 2022 y que tendrá en 2023…
Sí, es preocupante, sin duda. Ahí tenemos una vulnerabilidad enorme como país, y el único antídoto ante eso es diversificar mercados y productos. Uruguay ahí tiene un talón de Aquiles que es importante.
“La generación de divisas del país está muy concentrada en pocos productos y en pocos mercados, y China es la estrella”
La generación de divisas del país está muy concentrada en pocos productos y en pocos mercados y China es la estrella. En una coyuntura como esta, donde China tiene una tasa de crecimiento baja, para lo que es China, es un problema.
El otro tema es la guerra. Si bien no nos pega directamente, indirectamente ha sido fundamental en el incremento de los costos…
El impacto de la guerra tiene signos variados. Por un lado los costos, sin duda, y por otro lado pone sobre el tapete internacional el tema de la soberanía y seguridad alimentaria de los países. Uruguay también tiene sus problemas internos, pero el mundo necesita asegurarse la seguridad alimentaria. Hay países que están muy preocupados por eso, incluso Europa, y eso nos pone en un nivel de jerarquía. Uruguay puede ser un destacado proveedor internacional de alimentos, de fibras, con todas las garantías que el mundo necesita, de inocuidad, de sostenibilidad, de bienestar animal.
“Uruguay puede ser un destacado proveedor internacional de alimentos, de fibras, con todas las garantías que el mundo necesita”
Entonces esa parte de la guerra me parece que nos pueden resultar favorables, más allá de los costos de los fertilizantes, las trabas comerciales entre el Covid y la guerra, nos afectan en un plano coyuntural. Pero cuando uno lo mira a mediano plazo, esto de poner de nuevo en el centro la seguridad alimentaria es algo bueno.
¿Cuántas veces les pidieron algún análisis de los temas competitividad por fuera del dólar? El atraso cambiario ha sido como una espada de Damocles que hace décadas que está sobre el país…
Sí, nos hemos pasado analizando el dólar y los temas de competitividad. En este momento el principal factor que identifico, que tiene que ver con la competitividad, donde Uruguay tiene que mejorar, es la logística. La infraestructura logística y el funcionamiento de los servicios logísticos. Podemos mejorar muchísimo y eso abarataría los costos. Eso finalmente termina reflejándose en los precios al productor, en salarios, en mejores ingresos.
Se dice que traer un cargamento de Tacuarembó sale más caro que enviarlo a China.
Claro, eso no puede ser y es algo donde Uruguay puede mejorar mucho. Se están haciendo cosas pero hay que hacerlo más rápidamente.
En la presentación del Anuario también hablaron del proyecto Senda. ¿De qué se trata? ¿Qué objetivo tiene?
Cuando asumió el ministro Mattos, en la primera reunión que tuvo con Opypa, nos pidió que lo ayudáramos a pensar en el largo plazo y hacer un plan estratégico para el sector. La verdad que al principio nos costó la idea, si era que quería un plan estratégico institucional como tienen varios de los institutos, para la gestión del ministerio.
Pero en realidad el MGAP ya estaba empezando un proceso como de rediseño institucional, liderado por la Dirección General. Pero en realidad Mattos estaba pensando en otra cosa, en las políticas de largo plazo, en cuáles son las políticas que se necesitan para que las cadenas agroindustriales puedan desarrollarse con mayor dinamismo, que puedan aportar más al crecimiento económico y social del país. Otra cosa que nos dijo fue: vamos a empezar por casa, el proceso va a empezar desde las unidades ejecutoras del MGAP.
Entonces hicimos un proceso todo el año pasado, de talleres con los directores de las unidades ejecutoras, reuniones con técnicos de las distintas unidades, para tratar de tener una visión única, una visión en común.
La idea de Senda es proponer a los distintos actores, de las distintas cadenas, públicos y privados, una visión de hacia dónde puede ir el Uruguay. Una visión que sea desafiante. Y pensemos qué políticas son necesarias y qué institucionalidad, incluido el MGAP, pero comprendiendo a todos los institutos.
Para poder desarrollar esa visión de largo plazo es necesario tener 15 o 20 años como mínimo. Dónde queremos estar, cómo queremos que el país se destaque, dónde queremos que las cadenas se inserten en los mercados, qué queremos producir. Lo que tenemos que hacer todos los actores para llegar a ese objetivo. Esa es básicamente la propuesta y el proceso que hemos recorrido hasta ahora, es totalmente interno, y en los últimos meses empezamos a volcarnos un poco más hacia la institucionalidad.
“La logística y la inserción internacional surgen claramente cuando hablamos con el sector privado, son claves para la competitividad, para el desarrollo futuro”
En setiembre hicimos un taller con los institutos y con algunos expertos que vinieron de Australia y Nueva Zelanda, para mostrarnos cómo es la institucionalidad en esos países, que son referentes para Uruguay en estas cadenas. Después hicimos un taller donde invitamos a las gremiales y los institutos. Queríamos que también el sector privado comenzara a aportar su visión, cómo se posiciona, cuáles son las necesidades, sus demandas al sector público. Estamos terminando el primer documento, que es solamente para juntar las ideas.
¿Encontraron algunas áreas más estratégicas que otras para avanzar?
Sí. La logística y la inserción internacional surgen claramente cuando hablamos con el sector privado. Son claves para la competitividad, para el desarrollo futuro. Y después identificamos cinco o seis dimensiones estratégicas. El Uruguay puede y debe mejorar su inserción en términos de digitalización de todas las cadenas agroindustriales. Hay un conjunto de actividades que tiene que ver con desarrollo productivo y social, donde necesitamos implementar políticas.
¿Tienen fecha para la presentación de este plan estratégico?
Cuando volvamos del receso parlamentario vamos a ir a una comisión integrada de diputados y senadores, y que integran varias comisiones como la de Hacienda, Ganadería, la Comisión del Futuro. Queremos presentar la idea en esa comisión del Parlamento, que es una presentación inicial. Decir que estamos recorriendo este camino, que tenemos un conjunto de ideas y que queremos invitar a los parlamentarios a que puedan sumarse y contribuir a pensar en el largo plazo. La idea es ir recorriendo los otros actores, haciendo una presentación a la ciudadanía, a los otros ministerios. Creo que los hitos próximos van a ser: a principio de marzo posiblemente la presentación en el Parlamento, después posiblemente un Consejo de Ministros, vamos a ir recorriendo estos pasos.
¿En la región hay pares de Opypa?
Sí, de hecho tenemos una red de oficinas de política que se llama Redpa. En el Consejo Agropecuario del Sur (CAS), integrado por Argentina, Brasil, Paraguay, Chile, Bolivia y Uruguay, tenemos una red de oficinas y tenemos reuniones muy periódicas, con discusiones fervientes y tratamos de nutrir al CAS en estas discusiones y recomendaciones, que muchas veces tienen que ver con lo regional.
Los seguros han sido bastante demandados por el sector agrícola y también por los productores ovinos, ¿cómo han trabajado en este asunto?
La Oficina está trabajando muchísimo en este tema, que es clave. En este proceso de Senda, del que hablábamos, en entrevistas con productores y con las empresas, urge y es una pieza importante para el desarrollo de muchas cadenas. Estos que comentaste son los dos trabajos más fuertes que hicimos en esa área. Creo se están dando pasos importantes, que se deben consolidar. Estas son líneas de largo plazo. Uno va poniendo granitos de arena año a año, pero se está trabajando hace años y esta administración lo tomó con fuerza.
Lo que parece tener plazo es lo relacionado con cambio climático, ¿qué enfoque tienen allí?
En este tema también la oficina está trabajando mucho. Tenemos dentro de la estructura de estudios un área especializada: la Unidad de Sostenibilidad de Cambio Climático, que aporta todos los estudios y recomendaciones que tienen que ver con esto. De hecho, participamos este año en la Cumbre de Cambio Climático, participé personalmente y participó el ministro Mattos. Ahí hay urgencia y también trabajo de largo plazo.
¿Cómo fue esa experiencia?
Fue alucinante. Yo nunca había participado en la COP. Es una de esas instancias internacionales gigantes, donde ves a todos los países del mundo interactuando, tratando de ponerse de acuerdo. Con unas negociaciones interminables donde pasan horas, días, semanas discutiendo por una palabra que puede tener significados muy distintos. Y atrás tiene el compromiso de países muy distintos, exigencias diferenciales y realmente vale la pena. Es importante que los ministerios de Ganadería participen, porque los temas de cambio climático tienen mucho que ver con los temas agropecuarios en general. Es importante que la visión que tengamos de futuro en términos de cambio climático integre los distintos aspectos de la sostenibilidad; lo económico y lo social.
Está por ejemplo la nueva medida de la Unión Europea de no comprar productos a países que permitan la deforestación.
Uruguay por suerte está muy bien posicionado en todo esto. Como país siempre tiene que defender que el comercio sea lo más libre posible, pero en realidad Uruguay en esa diferenciación del comercio queda bien posicionado. De hecho ustedes lo habrán comentado, este año el país emitió un bono sostenible y uno de los indicadores que seleccionaron fue justamente el bosque nativo, que nos diferencia por la forestación y también por la diversidad biológica que el mundo quiere preservar.
Además vamos contra la corriente, porque en Uruguay crece el bosque implantado pero también crece el bosque nativo…
Son esas cosas que el Uruguay hace bien. Ya veníamos haciéndolo bien hace décadas, tanto en la protección del bosque nativo, la protección de los suelos, realmente Uruguay es respetuoso del ambiente y trata de ir mejorando, siempre hay cosas para mejorar. De hecho desde el MGAP y desde distintos organismos públicos se trata de ir mejorando.
“El posicionamiento y la visibilidad que tiene uruguay en términos de sostenibilidad ambiental es positivo”
Pero el posicionamiento y la visibilidad que tiene el país en términos de sostenibilidad ambiental es positivo y por eso aprovechó para emitir un bono, que es una forma de ampliar los potenciales clientes de la deuda pública. Eso le hace bien al país, nos da mucha más seguridad, nos permite bajar tasas. En un momento de turbulencia, como el que vivió el mundo, tener financiamiento internacional no es poca cosa. Claramente el financiamiento ambiental o sostenible está creciendo mucho y ahí Uruguay tiene mucho espacio.
¿Cómo evaluaron el reclamo del sector avícola por las importaciones de Brasil?
Se está trabajando muchísimo con toda la cadena avícola. Opypa ha participado como nunca en tratar de contribuir a encontrar una solución. Las autoridades están buscando acuerdos y soluciones posibles, lo que es cierto es que el consumo de pollo por parte de los uruguayos viene creciendo mucho en los últimos años, y también viene creciendo la producción nacional y las importaciones; es un mercado que está en expansión.
Es una oportunidad para los propios productores, que claramente tienen desafíos de competitividad, pero el principal desafío para la cadena avícola es crecer hacia afuera. Ese es el objetivo que tenemos que tener en común el sector privado y en el sector público. Se han ampliado los mercados, hay un esfuerzo por parte del Servicio Sanitario del MGAP para abrir mercados, hay que reforzarlo mucho más. Las empresas están haciendo muchas inversiones y tienen que hacer muchas más, sobre todo las industrias. Pero ahí es donde realmente se va a jugar el partido.
El mercado interno es chico, está creciendo pero en realidad no tiene mucho sentido devanarnos los sesos para saber cómo competir con Brasil en el mercado interno. En realidad el verdadero desafío para Uruguay es ser un buen proveedor internacional de carne aviar en el mundo, y eso es posible para Uruguay. A nivel de granjas tenemos indicadores de desempeño productivo muy buenos, similares a los de cualquier otro país exportador.
Entonces, ¿por qué no podemos ser un buen exportador y competitivo en el mundo? Lo tenemos que lograr, ahí está el desafío real, y tenemos que alinear las expectativas. Si nos distraemos tanto con el mercado interno, que debería ser una parte pequeña del negocio, no estamos focalizando bien la energía.
Entonces, más allá de que estamos contribuyendo con las autoridades para tratar de destrancar este problema, me parece que el futuro va hacia afuera y eso es lo que va a lograr volver a tener a todos los fasoneros trabajando, inversiones a nivel industrial, en todos los eslabones de la cadena y un nuevo rubro de producción. Ante el problema de concentración, tanto de mercados como de productos, el sector avícola podría generar una diversificación de productos bien interesantes para el país.
El ministro de Ganadería habló de nuevos ingresos de funcionarios, ¿cómo impacta esto en Opypa?
De casi 300 funcionarios que van a entrar en el próximo período, tres cargos van a ser para Opypa. La verdad es que todo el MGAP necesita reforzar sus recursos humanos. Uno quisiera que vinieran más funcionarios para Opypa, pero todos los necesitan. Están todas las oficinas con un cambio generacional importante y es importante porque no se pueden debilitar los servicios básicos que produce el MGAP. La incorporación va a ser muy importante para todas las unidades ejecutoras.