Al gobierno de Donald Trump no le cayó nada bien que las autoridades japonesas incrementaran del 38,5 al 50% el arancel que debe pagar la carne estadounidense por ingresar al mercado de lo que es su principal cliente en el rubro. El titular del USDA, Sonny Perdue, manifestó que le solicitó al gobierno de Tokio que haga todo lo posible por frenar el daño que está haciendo con la medida.
El gobierno de Japón anunció que el significativo aumento de las importaciones de carne vacuna procedente de Estados Unidos en el primer trimestre del año fiscal japonés (abril-junio) provocó la salvaguardia. Así aplicó un incremento del arancel, que pasará del actual 38,5% al 50%, y que se extenderá hasta el 31 de marzo de 2018. De acuerdo a lo trascendido, el arancel sólo afectaría a los exportadores de países, incluidos los Estados Unidos, que no tienen acuerdos de libre comercio vigentes con Japón.
Conocida la decisión, el Secretario de Agricultura de los Estados Unidos, Sonny Perdue, emitió la siguiente declaración:
«Me preocupa que un aumento del arancel japonés sobre las importaciones de carne de vacuno impida las ventas de carne de Estados Unidos y probablemente incremente el déficit comercial total de Estados Unidos con Japón. Esto perjudicaría nuestras importantes relaciones comerciales bilaterales con Japón en materia de productos agrícolas. También afectaría negativamente a los consumidores japoneses aumentando los precios y limitando su acceso a la carne de alta calidad estadounidense. He pedido a los representantes del gobierno japonés, directa y claramente, que hagan todo lo posible para hacer frente a estas fuertes preocupaciones y al daño que podría resultar tanto para los productores estadounidenses como para los consumidores japoneses».
Las exportaciones estadounidenses de carne y productos de carne a Japón totalizaron 1.500 millones de dólares durante 2016, lo que lo convierte, por lejos, en el principal mercado de los Estados Unidos.
Nota: en base a comunicado de USDA