Fallecido el pasado 6 de junio, Jorge Panizza fue director de Conaprole entre 1977 y 1992, vicepresidente desde 1992 a 1997, y ejerció la presidencia entre 1997 y 2012. Ruben R. Núñez fue gerente general de la cooperativa en el período comprendido entre 1998 y 2019 y, por tanto, durante más de dos décadas trabajaron estrechamente en la dirección de la empresa. Lo que sigue es una semblanza de Panizza escrita por Núñez.

 

 “Yo quiero ser llorando el hortelano

De la tierra que ocupas y estercolas

Compañero del alma tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas

Y órganos mi dolor sin instrumentos

A las desalentadas amapolas

Daré tu corazón por alimento

Tanto dolor se agrupa en mi costado

Que por doler, me duele hasta el aliento.

……………………….

Tu corazón ya terciopelo ajado

Llama a un campo de almendras espumosas

Del almendro de nata te requiero

Que tenemos que hablar de muchas cosas

Compañero del alma, compañero.”

Miguel Hernández

UN HOMBRE BUENO, UN HOMBRE JUSTO

Dos artículos de Textos Recobrados de Jorge Luis Borges me vienen hoy a la memoria. El primero su análisis del Último capítulo de El Quijote, y el segundo, su respuesta a ¿Cree Ud. en Dios?

En ese último capítulo, el Quijote vuelve a la cordura ya en el final de su vida y seguramente como Borges respondiendo a la existencia de Dios, no le exige a la finitud de su existencia más que el proceso natural que su propia evolución podría darle.

Trató de ser un hombre justo –dice Borges de El Quijote-, un hombre bueno.

Algunas veces pudo.
Panizza no solamente fue un hombre justo, un hombre bueno –siempre- sino que además fue un hombre extremadamente generoso, un ser humano excepcional.

“A TODOS NOS OFRECIÓ SU TIEMPO, SU TALENTO, SU AFECTO, SIN RESTRICCIONES NI ESPERA DE DEVOLUCIÓN ALGUNA”.

Un hombre brillante como no conocí otro en mi extensa historia laboral, irrepetible, un verdadero ejemplo, un grande.

Conocí a Panizza en agosto de 1998. Fue él el encargado de comunicarme la decisión del Directorio de Conaprole sobre mi contratación. Recuerdo vívidamente esa reunión en su escritorio – como luego se repetirían cientos de veces – cuando sobre el final de la charla me dijo que debía ser honesto conmigo y confesarme que él ya no seguiría en la cooperativa. Había estado muchos años y entendía que también era necesario un recambio en la dirección.

Me fui de allí con una mezcla de felicidad y preocupación. Panizza ya era para mí la persona referente de un directorio muy numeroso y heterogéneo.

Por suerte la vida, las dificultades, las utopías que nos juramos los dos y un profundo respeto y afecto que siempre nos profesamos hicieron que se enamorara del sueño de la Conaprole del futuro y cambiara de opinión para ponerse en la primera línea de batalla.

Ese fue el comienzo de veintiún años de relación ininterrumpida donde está claro que nada de lo humano nos fue ajeno.

 No hubo un escenario posible, imaginable, que la cooperativa no atravesara.

 “Y EN CADA MOMENTO EXTREMO, EN CADA SITUACIÓN LÍMITE, EN CADA DIFICULTAD DONDE LO ESPERABLE ERA RENDIRSE, NO PODER SEGUIR MÁS, ASUMIR LAS DIFICULTADES COMO IRRESOLUBLES, ALLÍ APARECÍA PANIZZA, EL PRESIDENTE, EL LÍDER SERENO, EL ANALISTA DE EXCEPCIÓN, EL GUÍA QUE REACOMODABA EL BARCO PARA PODER SEGUIR, DETENERNOS JAMÁS”.

Seguramente también a él le invadiera la angustia de los enormes problemas que atravesamos, pero jamás la trasmitió. Con una enorme fuerza espiritual, un ánimo inquebrantable, nos impulsaba siempre a encontrar una solución. Y así aprendimos que siempre, siempre en la vida, aparece una luz, un camino posible, un trillo para seguir andando.

Quiero recordar hoy algunos hitos de esta historia que hacen honor a un hombre que no solo la lechería, la sociedad en su conjunto, todos, debemos agradecer el haber conocido, el haber sido parte de su enorme legado.

“PANIZZA LOGRÓ TRANSFORMAR, REVOLUCIONAR, LLEVAR A UN NIVEL DE EXCELENCIA Y EXCEPCIÓN A LA EMPRESA PRIVADA MÁS GRANDE DEL PAÍS, REFERENTE LOCAL Y MARCA DE LOS ALIMENTOS URUGUAYOS EN EL EXTERIOR, SOLIDIFICANDO ASÍ SU IMPRESIONANTE PRESTIGIO MUNDIAL”.

Ayudó a miles de productores, funcionarios y futuras generaciones de líderes, dejando una marca indeleble en la agropecuaria nacional.

En silencio, con infinita humildad, nos ha dejado su generoso ejemplo de vida.

LAS DIEZ PLAGAS DE EGIPTO

En 1999, recién asumido mi cargo, se desataron sobre Conaprole las diez plagas de Egipto: la peor sequía de los últimos cincuenta años ocurrida en la primavera de 1999 y la consecuente baja en la producción de leche, la aftosa, abrupta caída de precios internacionales, conflictos laborales, intento del Grupo Excel de Argentina de compra hostil de Conaprole, devaluación brasileña y pérdida del principal mercado de exportación con denuncias de dumping, y ofertas de Parmalat a grandes productores para captar su producción.

Ante todos estos desafíos aparece siempre la figura de Panizza manteniendo unidos a los productores y buscando a la vez soluciones a todos los problemas, que eran enormes.

“EL INTENTO DE COMPRA HOSTIL DE EXCEL FUE UN HITO CENTRAL EN TODA ESTA HISTORIA, UN DISPARADOR DE LAS GRANDES TRASFORMACIONES QUE VENDRÍAN DESPUÉS Y QUE ES NECESARIO COMENTAR”.

Ante la negativa de la gerencia general a la propuesta de compra de Excel que resultaba a todas luces poco seria, el grupo redobla la apuesta y decide hablar directamente con los productores, a quienes ofrece un monto en efectivo y dos centavos más por litro de leche en el momento en que nosotros, obligados por las complejas circunstancias del momento, anunciábamos la baja en el precio de la leche al productor. Un golpe durísimo y complejo de asimilar y resolver.

Uno de los directores históricos de la cooperativa propone salir a la prensa a comunicar que Conaprole “No se vende”, algo que con Panizza entendíamos era exacerbar la situación y dificultar aún más una salida. Propusimos que, si había interés de compra de la cooperativa, abriéramos la posibilidad a las grandes empresas lácteas en el mundo y todos compitieran con Excel.

Si bien eso se aceptó, mi temor inmediato era que el análisis de las propuestas por parte de la gerencia de Conaprole se juzgara sesgado y no profesional. Allí propusimos a Panizza traer a la consultora McKinsey. La mayor consultora en estrategia corporativa en el mundo y desconocida en Uruguay.

Y aquí otra vez aparece la figura y el talento de Panizza para tomar una decisión que solo él podía tomar. Y digo solo él no por su cargo de presidente.

“PORQUE PANIZZA TENÍA LA VALENTÍA, EL CORAJE Y EL TALENTO DE UN LÍDER DE EXCEPCIÓN”.

Me hizo solo dos preguntas.

¿Qué costo tiene?

Millones de dólares, respondí.

¿Son los mejores?

Los mejores.

¡Contrátelos!

LA MAYOR INVERSIÓN DE LA HISTORIA

De este solo hito podríamos escribir un libro.

La historia es conocida. Aparecieron las mayores empresas lácteas del mundo interesadas en Conaprole, McKinsey recomendó avanzar con el plan estratégico de la cooperativa: concentrar plantas, inversión  tecnológica, generación de valor, sistemas de información, y desechar todas las ofertas de compra.

A partir de allí y a lo largo de veinte años invertimos 500 millones de dólares.

El endeudamiento neto de punta a punta de la cooperativa bajó en todo ese período, reflejando la impresionante generación de valor de las inversiones realizadas, lo que permitió el repago de todo el financiamiento obtenido y su consecuente impacto en el precio de leche al productor.

Fue el período de mayor inversión en la historia de la cooperativa.

“EL VOLUMEN DE LECHE A PLANTAS AUMENTÓ UN 82%, LA FACTURACIÓN GLOBAL UN 200% Y LAS PLANTAS INDUSTRIALES PASARON DE 15 A 7 CON UN CRECIMIENTO EXPONENCIAL EN SU CAPACIDAD PRODUCTIVA”.

Se crearon cuatro complejos industriales multiproducto de última generación. La productividad por empleado creció 126% y la tecnología de producción se transformó en state of the art de la industria láctea mundial.

Cumplíamos las utopías que nos juramentamos.

UNA PIEDRA CALIZA PARA UNA CATEDRAL

Con el Ing. Panizza pudimos ver casi todos los sueños que escribimos para la cooperativa: implantamos SAP con todos sus módulos a la vez – lo llamamos el Big Bang- y nos decían que era una locura.

SAP se transformó en una de las piedras fundamentales que situó a Conaprole en el estado del arte de la tecnología de los sistemas de gestión empresarial. Sobre esa base se construyó un sistema que fue el ADN de la empresa.

Incorporamos 150 jóvenes profesionales de excepción en todas las áreas cumpliendo lo que llamamos mejora de la genética corporativa y la creación de un segundo anillo de futuros gerentes.

Trajimos la tecnología de punta en el mundo para poner a Conaprole en la frontera del conocimiento científico, creamos un fondo de estabilización en tiempos de bonanza, primero para bajar endeudamiento y después para reliquidar el precio al productor, desarrollamos el concepto de capital lácteo para que el productor fuera realmente algún día el verdadero propietario de la cooperativa.

Creamos el Centro de Innovación y Calidad (CIC), un laboratorio de clase mundial con una inversión millonaria y centro de aseguramiento de la calidad innegociable de todos los productos Conaprole.

Finalmente, se construyó una planta de productos nutricionales, fórmulas alimenticias e ingredientes para el futuro de la alimentación saludable en todas las edades, pensando siempre veinte años hacia adelante.

“NO PUEDO DEJAR DE MENCIONAR ESTOS POCOS EJEMPLOS QUE MUESTRAN LA IMPRONTA DE QUIEN DIRIGIÓ LOS DESTINOS DE LA EMPRESA PRIVADA MÁS GRANDE DEL PAÍS DURANTE TANTO TIEMPO”.

Con Panizza tuvimos la suerte de ser conscientes de cada momento vivido en Conaprole, de lo que significaba ser parte de esa historia. Disfrutar cada logro, cada avance de la cooperativa por pequeño que fuera. Saber que era solo un punto en el camino, un pequeño paso, tan solo una piedra caliza en la construcción de una catedral.

Nuestra misión era construir una Conaprole más grande, más fuerte, más alta, en la consideración de todos. Pensarla a cincuenta años, saber que estábamos de paso y entregar la posta honrando la historia de la mayor cooperativa del país.

Disfrutamos mucho el camino transitado. Buscamos siempre encontrar la alegría y el humor aún en los días más amargos.

MUCHO MÁS QUE UN CASO DE HARVARD

Por eso Conaprole es mucho más que un caso de Harvard. Hay cosas que solo pueden explicarse por los hombres que las han llevado a cabo. No solo por su capacidad gerencial sino y fundamentalmente, por su inteligencia emocional, su actitud frente a la adversidad, su ejemplo diario, su generosidad extrema, su humildad... En definitiva, su forma de vivir la vida.

“MANTENER A TODOS LOS PRODUCTORES UNIDOS, SIN DESERCIONES, EN LOS MOMENTOS MÁS DUROS, SIN UN RACIONAL ECONÓMICO PARA QUE EL PRODUCTOR SE QUEDASE, SOLO PUEDE SER OBRA DE ALGUIEN QUE SE TRANSFORMÓ EN MITO”.

El productor creía y creyó siempre en el Ing Panizza. Y Panizza no los defraudó. Lideró la cooperativa en los momentos más difíciles de su historia y la trajo al siglo XXI como una de las mayores lácteas de prestigio mundial.

Vayan estas líneas como un pequeño homenaje individual a quien tanto hizo por la lechería y el país.

EL RÍO Y EL OCÉANO

Hace 30 mil años en una pared de la cueva de Chauvet-Pont-d’Arc, en el sur de Francia, alguien pintó su mano y dejó su impresión para la eternidad. Quizás intento decir: ¡Yo estuve aquí!

“PANIZZA ESTUVO AQUÍ Y NOS MARCÓ A TODOS. PARA SIEMPRE”.

Dicen que antes de entrar al mar, el río tiembla de miedo..

Mira hacia atrás, todo el tiempo recorrido, las cumbres y las montañas,

El largo y sinuoso camino que atravesó selvas y pueblos,

Y ve hacia adelante la inmensidad del océano… entrar en él es desaparecer para siempre..

Pero no existe otra manera

El río no pude volver

Nadie puede volver

Volver es imposible en la existencia

 

El río precisa arriesgarse y entrar al mar

Solamente al entrar en él, el miedo se acaba, porque en ese momento se da cuenta que no desaparece

Sino que se transforma en océano.

La vida no puede volver, pero puede transformarse en océano.

Compañero del alma, compañero.

Ruben R. Núñez