La suba de precios de los granos fue determinante para que se concrete el cuarto año consecutivo de crecimiento, según lo establece el IDIMA, índice elaborado por la consultora Carle & Andrioli. 

La inversión en maquinaria agrícola aumentó 65% en Uruguay en 2022, de acuerdo a lo señalado en la  actualización del Índice De Inversión en Maquinaria Agrícola (IDIMA), análisis realizado por Carle & Andrioli Contadores Públicos. El crecimiento de 65% del año 2022 determinó que se acumulen cuatro años de aumento de la inversión agrícola.

Darío Andrioli, socio director del estudio, dijo en Agronegocios Sarandí que se consolidó la tendencia que se venía registrando y señaló que incidieron muchos factores “pero los precios fueron un factor determinante”.

Adrioli agregó que los rendimientos del último año agrícola fueron “superiores a las medias históricas y la buena disponibilidad de financiamiento y el uso de algunos incentivos tributarios como la Comap”.

El índice establece que las importaciones de tractores, cosechadoras y sembradoras alcanzaron los U$S 263 millones. Las inversiones en maquinaria agrícola crecieron en 2022 a mayor ritmo que la inversión general de la economía uruguaya. De acuerdo a la información de Cuentas Nacionales, “la formación bruta de capital fijo aumentó 13% interanual en los primeros nueve meses del 2022”, señala el informe.

El Indicador de “Composición y origen de la inversión” en el año 2022 de las importaciones de maquinaria agrícola, señala que los equipos de mayor incremento fueron las cosechadoras (77%), los tractores aumentaron 64% y las sembradoras 52%. 

Orígenes de la maquinaria

Los valores importados de los equipos que componen el índice totalizaron U$S 263 millones en el año, y los principales orígenes de la maquinaria importada son: Brasil, Estados Unidos y la Unión Europea. También se importaron equipos agrícolas de Argentina, México, Canadá, India, China y Turquía. 

Las causas de este crecimiento son analizadas en el informe y adjudicadas al impulso de los precios y la moderación por costos. “Debido a la guerra en Ucrania, los precios internacionales de los productos agrícolas tuvieron un significativo incremento que permitió alcanzar valores máximos en mayo/junio de 2022, mientras que en el segundo semestre sus precios se ajustaron a la baja”, señala.

Además de mayores ingresos a los productores, en 2022 los niveles de precio incidieron en el crecimiento de 87% en los valores exportados de los principales productos agrícolas, alcanzando máximos históricos y una mayor participación en las exportaciones totales de bienes.

Mayor uso de financiamiento e incentivo

De acuerdo con información del Banco Central, los préstamos bancarios al sector agropecuario ascendieron a U$S 2.842 millones a noviembre de 2022, por lo que se ubicaban en valores máximos en dólares corrientes. Se observó en los últimos 12 meses un aumento global del crédito al agro de 15% -impulsado por el incremento de la silvicultura- y específicamente de los préstamos al subsector agrícola de 6%. En consecuencia, la relación deuda bancaria/producto del sector agro se ubica en 61% al terminar 2022. 

Baja tasa de morosidad

El estudio indica que en el pasado año se produjo una mejora de la capacidad de repago del sector agropecuario y la tasa de morosidad descendió a 1% de los préstamos, ubicándose en niveles históricamente bajos.

Por su parte, como consecuencia de las subas de las tasas internacionales de interés, en el último tramo del año se observó un mayor costo financiero, lo que “puede generar mayor presión al servicio de deuda en un contexto más adverso”. 

“Con mejores expectativas de rentabilidad, los productores agropecuarios que tributan IRAE aumentaron en forma importante el uso del régimen de promoción de inversiones, lo que permitió mediante ahorro de impuestos el financiamiento parcial de inversiones en máquinas agrícolas y equipos de riego, y alcanzar valores máximos de inversión promovida del agro en el último quinquenio”, dice el informe.

Superficie cultivada

En la zafra finalizada en junio de 2022 la superficie cultivada fue de 1.960.000 hectáreas, lo que significa un crecimiento de 12% en comparación con la campaña anterior. Asimismo, en la zafra 2022/23, “con la información disponible estimamos un área aproximada de 2,120 millones de hectáreas, con una nueva expansión de 8%. Destacan el incremento de colza, trigo y soja, y el descenso de la cebada”, dice el informe.

Por su parte, en el último año agrícola los rendimientos de los principales cultivos fueron mayores que el promedio histórico. Esto posibilitó consolidar la tendencia de incremento de los rendimientos agrícolas, con un aumento de 1% en el índice de productividad, según el estudio. 

Motivos de la mayor inversión

En sus consideraciones finales, el trabajo de Carle & Andrioli señala que las principales determinantes de la mayor inversión en equipos agrícolas del año fueron los precios internacionales, a lo que se sumó la disponibilidad de financiamiento e incentivos. 

Los altos precios de 2022 incrementaron las áreas sembradas y dinamizaron las inversiones en máquinas y equipos, que crecieron por cuarto año consecutivo. “Si bien los precios promedio del año crecieron, esto se debió al empuje extraordinario del primer semestre. Al finalizar el año los precios de los cereales se ubicaron levemente por encima del año anterior, mientras que los oleaginosos se situaron bastante por encima de los valores finales de 2021”, destaca el informe.

Para el 2023, el análisis del IDIMA establece que el contexto para las inversiones será menos favorable, por un menor crecimiento de la actividad económica y de la demanda internacional, debido a los efectos de la continuación de la pandemia y de la guerra en Ucrania, entre otros factores.

 

 

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