Los productores del norte casi no operaron por la situación de sequía.

En la región sur del país, la menos afectada por la sequía, se concentró la demanda del remate de Plaza Rural, realizado este miércoles y jueves en el hotel Cottage. En la primera jornada se remataron los ganados de invernada y en la segunda las hembras, obteniéndose un resultado superior al esperado.

El rematador Francisco Cánepa, director del escritorio Ruben F. Cánepa, consideró que fue “un rematazo”, considerando el momento complejo por la mala condición forrajera en buena parte del país, debido a la falta de lluvias. “Sacamos adelante un remate que en principio no se veía muy claro”, reconoció.

El escritorio tiene su zona de influencia en el litoral-norte y de allí eran los lotes que ofreció. “En los negocios que realizó el escritorio se notó el peso del costo de los fletes, porque eran ganados que estaban en zona de seca, donde el margen comprador se achica mucho, pero felizmente los fuimos sacando”, expresó Cánepa.

El rematador señaló que los compradores priorizan los ganados que están más cerca de su establecimiento, y si los precios fueran demasiado elevados y además había que sumarle 200 kilómetros de flete, esos lotes del norte entrarían en un segundo plano, ya que los compradores de la zona norte fueron muy pocos.

“Vendimos casi todos los ganados para el sur, solo dos lotes quedaron en Salto. Eso demuestra que la demanda está del río Negro hacia abajo”, reconoció.

Cánepa también informó que la mayor parte de los negocios se realizó al contado; algo que vale la pena tener en cuenta para analizar, expresó.

“Me llamó la atención el funcionamiento del remate, comenzamos con las terneras, con un trámite normal, y a medida que se fueron afirmando los kilos los precios se sostenían. Hubo casi 2.000 vaquillonas, pensé que patinaríamos un poquito pero sin embargo se fueron vendiendo, los pesos subiendo y los precios se iban manteniendo”, señaló.

El consignatario norteño consideró que la demanda por vaquillonas fue tanto de criadores como de invernadores. Comentó que actualmente una vaquillona gorda es muy pedida por el abasto, anda rozando el precio del novillo, vale hasta U$S 3,10 por kilo a la carne. “Puede ser un negocio muy bueno comprar para vaquillonas para engordar para el abasto”, consideró.

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