En un análisis realizado en la tarde del lunes 22 de enero, previo a la asamblea de productores rurales del martes 23 en Durazno, los profesionales de Zigma Consultores analizaron sobre lo que pueden ser las posibles respuestas del gobierno antes los reclamos anunciados del sector agropecuario. Compartimos el trabajo.

Aún desconociendo cuáles serán las reivindicaciones que emanarán de la proclama,  podemos teorizar cuáles serán algunos de esos reclamos, a saber:

  1. a) Baja en el precio del gasoil
  2. b) Baja en el precio de la electricidad
  3. c) Exoneración impositiva
  4. d) Reducción del peso del Estado vía contrataciones de funcionarios
  5. e) Reducir el atraso cambiario
  6. f) Apertura comercial

Si este pronóstico es válido, el gobierno tendrá dos opciones, no negociar haciendo oídos sordos a dicho reclamo o por el contrario demostrar una disposición a conversar.

Si el gobierno toma la primera opción, asistiremos a un escenario de mayor confrontación, haciendo realidad algunas de las amenazas más radicales que circulan en las redes sociales, donde probablemente se concreten acciones que interfieran el normal desarrollo del país, llegando a una situación sin punto de retorno.

En cambio, en el segundo escenario, el de la negociación, se presentan al menos tres alternativas:

  1. Generar un ámbito de negociación con las autoridades emanadas de la asamblea, con el objetivo de cumplir con las reivindicaciones de ésta.
  2. Dialogar solamente con las autoridades de las agremiaciones ya constituidas, sobre la misma base.

III. Dialogar con las agremiaciones ya constituidas, estableciendo diversas mesas de trabajo para analizar la realidad sector por sector.

Este es el panorama que estamos viendo. Pasemos ahora a pronosticar que sucederá.

Bajo un supuesto de racionalidad de los distintos actores, el gobierno no tomará la primera opción.

Por ello nos resulta evidente que irá por el segundo camino que es el de la negociación. Dentro de la misma, consideramos que la maximización de la estrategia gubernamental, le determinará optar por la alternativa III: Dialoga con las agremiaciones ya constituidas, estableciendo diversas mesas de trabajo para analizar la realidad sector por sector.

Con esta estrategia el gobierno logra desestimular la lógica de funcionamiento unificado de los productores, de manera de dar respuestas a determinados sectores, dividiendo su influencia como un todo en la reivindicación.

Al abrir varias mesas de trabajo, además, genera un efecto de desgaste en los productores, descomprimiendo la situación y ganando tiempo, con un horizonte próximo de discusión de rendición de cuentas y rondas de Consejos de Salarios.

¿CUÁL DE LAS REIVINDICACIONES ES MÁS PROBABLE QUE LLEVE A CABO EL GOBIERNO?

La baja en el precio del gasoil impacta en el déficit fiscal, rentas generales estaría renunciando a esos ingresos. Lo mismo ocurre en la baja del precio de la tarifa de energía eléctrica. De igual modo si se establece algún tipo de exoneración o devolución de impuestos, también impactaría en el aumento del déficit fiscal, lo cual, a su vez, caería en contradicción con una de las reivindicaciones de campaña del Frente Amplio en la última elección nacional, generado divisiones fuertes a la interna del gobierno.

La cuarta reivindicación -reducción del peso del Estado vía contrataciones de funcionarios- apunta no solamente al Gobierno Nacional, sino también alcanza a los gobiernos departamentales y municipales. De tomarse en cuenta esto, debido a la inflexibilidad laboral en el Estado, puede ser una promesa de cortar nuevos ingresos.

Respecto a reducir el atraso cambiario, no luce como racional una devaluación por parte del gobierno, dado que esto alteraría su estrategia macroeconómica y afectaría a otros sectores de la economía.

En cuanto al último punto, el de la apertura comercial, el gobierno puede reforzar su compromiso por concretar los tratados de libre comercio en agenda, los cuales a priori serían Chile, China y la Unión Europea.

De estas seis supuestas reivindicaciones que se darán en la asamblea de mañana, en nuestra opinión, el gobierno -en ese dialogo sector por sector que mencionábamos antes- se inclinaría a profundizar, aceptando con ello una renuncia fiscal, a tener precios diferenciales en el combustible y la energía eléctrica, siempre dependiendo de los sectores de producción específicos; del mismo modo se inclinaría a comprometerse a trabajar en la reducción del peso del Estado, vía corte de ingreso de funcionarios públicos; y en la profundización de los acuerdos comerciales con otros países o bloques regionales.

Las otras dos reivindicaciones –rebajas impositivas y atraso cambiario- no vemos margen ni económico, ni social, ni mucho menos político para que el gobierno las aplique.

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