Ha sido la gran noticia de estos días a nivel internacional: el escándalo sanitario estalló en Francia hace varias semanas, cuando el gobierno ordenó al primer grupo lechero francés que retirara sus leches y otros productos infantiles elaborados en la fábrica de Craon (oeste) desde febrero de 2017, tras haber detectado una contaminación de salmonela.
Los medios europeos y fundamentalmente españoles dan cuenta que en la propia España un bebé contrajo salmonelosis tras consumir leche de la marca Lactalis, según indicaron científicos del Instituto Pasteur, que a su vez dieron cuenta de otro caso sospechoso en Grecia.
Pero lo cierto es que en la propia Francia más de una treintena de niños se vieron afectados por su consumo: los medios hablan de 35 bebés afectados de salmonelosis, luego haber consumido leche o un producto de alimentación infantil de marcas elaboradas por Lactalis. Las agencias noticiosas dieron cuenta que 18 de esos niños debieron ser hospitalizados, aunque todos ya fueron dados de alta y están “bien”, según la agencia de Sanidad Pública de Francia.
Lo que ha llevado a que el escándalo sea mayúsculo, es porque la propia empresa afirmó que retirará del mercado en 83 países su leche en polvo para bebés.
Por estos días, un informe de la revista médica Eurosurveillance, confirmado por 16 científicos del Instituto Pasteur y de la agencia de Sanidad Pública de Francia, aseveró que la leche contaminada de Lactalis fue exportada a “66 países, entre ellos 12 de la Unión Europea”.
En total, debieron ser retirados varios miles de toneladas de leche comercializada en Francia y en el extranjero. La producción fue suspendida por las autoridades y la fábrica cerrada para ser descontaminada.
Las autoridades francesas publicaron una lista de más de 600 lotes que se vendían en países como Colombia y Perú -hasta ahora los únicos dos países latinoamericanos afectados- también en Argelia, Marruecos, Reino Unido, Taiwán, Rumanía, Grecia, Bangladesh, China, Georgia, Haití o Paquistán.
“Hay que medir la magnitud de esa operación: esto supone más de 12 millones de cajas”, dijo Emmanuel Besnier, director de la empresa Lactalis, quien aseguró que los distribuidores no deben buscar identificar los lotes afectados. “Hay que retirarlo todo de los estantes”, advirtió en una entrevista para el semanario Journal du Dimanche, según un reporte de la agencia AFP.
La salmonelosis, precisa la referida agencia, es una intoxicación alimentaria que puede suponer desde una gastroenteritis benigna a infecciones más graves.
La salmonelosis, precisa la referida agencia, es una intoxicación alimentaria que puede suponer desde una gastroenteritis benigna a infecciones más graves. Es potencialmente más peligrosa para los niños, los ancianos o las personas con un estado de salud delicado.
Vale recordar que Lactalis tiene presencia en Uruguay a través de factorías en Cardona y Salto, y que es la responsable de la marca Parmalat en el país.