Los números resultan dramáticos. Para la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), 1,1 millones de hectáreas no se sembrarán en Buenos Aires, entre trigo, maíz, soja y girasol y 203.424 hectáreas quedarán sin ser trabajadas en La Pampa. A su vez, según cálculos de la Sociedad Rural Argentina (SRA), 301.000 cabezas del rodeo general vacuno morirán. Todo eso como consecuencia del suelo cubierto por las aguas tanto en la provincia de Buenos Aires como en amplias regiones de La Pampa, Córdoba y Santa Fe.

La cifra surge de las evaluaciones que hicieron ambas entidades, sumando mermas en la agricultura y la caída en ganadería y lechería en el caso de Carpab, y del fuerte perjuicio que se está produciendo en la actividad pecuaria, a criterio de la SRA, y que fueron consignadas por el diario La Nación a través de un reportaje de Fernando Bertello.

Considerando lo que ya se perdió en hectáreas sembradas de trigo y cebada más mortandad en ganadería y menos terneros para 2018 y caída en la remisión de leche, la SRA prevé pérdidas por casi 10.000 millones de pesos argentinos, dice el informe

A su vez, Carbap proyectó, además de pérdidas en trigo, lo que no se sembrará con soja, maíz y girasol, y estimó perjuicios también en ganadería, lechería e infraestructura. Con todo ese combo, calculó una cifra más alta: U$S 1.500 millones, algo más de 26.200 millones de pesos argentinos. Para dimensionarla, según el presidente de Carbap, Matías De Velazco, esa cifra es 52 veces más que el fondo de emergencia nacional para el sector, clavado desde 2009 en $ 500 millones.

La Rural analizó la situación en 31 partidos/departamentos, 25 de ellos en Buenos Aires, uno del sur de Santa Fe, dos del sur de Córdoba y tres del nordeste de La Pampa. Los mismos  comprenden una superficie de 13,3 millones de hectáreas productivas, lo cual no significa que estén todas perdidas. Allí hay un total de 10 millones de cabezas de ganado y 1.218 tambos. Toda esa región tiene 24.619 productores, lo cual tampoco quiere decir que estén todos afectados.

En agricultura, en esa superficie se sembraron un millón de hectáreas con trigo y cebada. Y por los anegamientos en esa región ya se perdió un 10% del área, equivalente a 104.000 hectáreas. Para la SRA, eso generó una pérdida por inversión realizada de 530 millones de pesos argentinos, dice el informe de La Nación.

En el trabajo de Carbap, que sólo se limitó a Buenos Aires y La Pampa y tuvo aportes del experto Pablo Ginestet, se destaca que entre trigo, maíz, soja y girasol se prevé que 1,2 millones de hectáreas queden sin ser sembradas.

«Se considera que ese valor de 1,2 millones de hectáreas sería como el piso de las pérdidas de superficie, ya que por más que las condiciones climáticas mejoren significativamente hay lugares que no lograrán esa mejora a tiempo para poder sembrarse», indicó Carbap. No sembrar esa superficie implicará una pérdida superior a US$ 1.200 millones,

En cuanto a ganadería, en el trabajo de la Rural se estimó que entre la mortandad ya producida y la que ocurrirá habrá 301.000 cabezas menos de rodeo general. La mortandad sobre el rodeo de las regiones afectadas es el del 3%. Valorizada en plata, representará una pérdida de 4.517 millones de pesos argentinos. «Es la mortandad que puede ocurrir en función de mediciones con otras inundaciones», señaló al referido diario Ezequiel De Freijo, economista del Instituto de Estudios Económicos y Negociaciones Internacionales de la Rural.

SE PERDERÁN 200 MIL TERNEROS

El otro impacto en la ganadería viene por el lado de los terneros. Según la Rural, para la zafra de 2018 se destetarán menos terneros. La estimación es que habrá 584.000 terneros menos y eso implicará un impacto económico de 4.380 millones de pesos argentinos.

Por el lado de Carbap, en ganadería, donde Víctor Tonelli colaboró en la corroboración de datos, la entidad evaluó que hay 12,7 millones de cabezas en las áreas afectadas de Buenos Aires y La Pampa y las vacas están en plena parición con mortandad de terneros.

Sobre esta base proyectó el impacto. «Estimamos que la pérdida de terneros sería de un 5%, lo que equivale a unos 200.000 terneros», precisó Carbap. Además, teniendo en cuenta que por su mal estado las vacas tendrán dificultades para preñarse, el próximo año en esas regiones se perderían 170.000 terneros adicionales. La pérdida total en terneros será U$s 148 millones.

Cuando se observa la situación de la lechería, la Rural evaluó una merma en la remisión diaria (pérdidas por 120 días en caída remisión de leche) a las industrias elaboradoras. En este punto, el impacto proyectado es de 477 millones de pesos argentinos.

De Freijo agregó que entre todas las pérdidas calculadas habría que contabilizar otras por deterioro de la infraestructura y aumento de costos de logística, reparaciones y mayores gastos de combustible por la intransitabilidad de los caminos.

“HAY 21,7 MILLONES DE HÁS. AFECTADAS”

Partiendo desde la desembocadura del río Salado, los departamentos del sur de las provincias de Córdoba, Santa Fe y La Pampa  en Argentina son, en estos momentos, un mar de agua. En el programa Bichos de Campo –que se emite en Radio Rivadavia de Buenos Aires- Pablo Ginestet, especialista en tecnología de imágenes satelitales, aseguró que en estos momentos “hay 21,7 millones de hectáreas afectadas por las inundaciones”.

“El dato se desprende del relevamiento que hizo la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) en un trabajo reciente. Toda esa agua sale por la Cuenca del Salado en Buenos Aires. Y vemos con suma preocupación que las zonas afectadas son agrícolas, ganaderas y lecheras. Alrededor del 67% de las vacas que están en ordeñe en Buenos Aires, están en el área afectada”, indicó el experto.

Ginestet, miembro del consejo directivo de Carbap y delegado de las Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) en la comisión de Emergencia Agropecuaria, acotó que también “hay muchas pasturas afectadas, y hay serios problemas de logística, porque no hay forma de sacar la leche de los tambos de zona oeste, como en Trenque Lauquen o Rivadavia. Y en ganadería la zona más afectada es la de la cuenca baja del Salado”.

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