Febrero cerró con una remisión 11% superior a la de febrero de 2017 y en lo que va de marzo sigue con la misma tendencia, con 10% por encima de marzo de 2017 y un acumulado anual de 3,77% en el crecimiento.
El precio de la leche que paga Conaprole a sus remitentes llegó en febrero al mejor nivel en cinco meses, alcanzando un promedio 2% superior al de enero y 1% mayor a febrero del año pasado, son $ 9,64 (unos U$S 0,34 por litro).
Los parámetros para el pago del precio de la leche no cambian desde hace un año. Como se compran kilos de grasa y kilos de proteínas, la combinación de estos y los porcentajes de sólidos que se vayan obteniendo hacen que los precios se modifiquen.
“En este momento comienza el ingreso de vacas nuevas al ordeñe, tras los partos, y los sólidos comienzan a aumentar; también por el tipo de alimentación que está teniendo el ganado. Por suerte se están registrando producciones acordes a la alimentación que están teniendo. Las vacas están exponiendo su potencial, además de los componentes sólidos que van aumentando y es lo que determina que haya una variación cuando se habla del precio por litro”, dijo a Agronegocios Sarandí el vicepresidente de Conaprole, Alejandro Pérez Viazzi.
Febrero cerró con una remisión 11% superior a la de febrero de 2017 y en lo que va de marzo sigue con la misma tendencia, con 10% por encima de marzo de 2017 y un acumulado anual de 3,77% en el crecimiento.
«Las vacas están exponiendo su potencial, además de los componentes sólidos que van aumentando y es lo que determina que haya una variación cuando se habla del precio por litro”, dijo Pérez Viazzi
“Esto hay que verlo con cautela, pero nos genera alegría, porque el año pasado no se pudo sacar la leche que los productores querían. Si comparamos los datos de este año con los de 2016 estamos alineados, esperamos retomar la senda del crecimiento, con mejores sólidos y precios por litro, mayor producción, para recomponer el esquema financiero que viene deteriorado desde hace un tiempo”, agregó el director de la cooperativa.
Pérez Viazzi reconoció que hay situaciones diferentes en toda la cuenca, si bien hubo un déficit hídrico que complicó el consumo de pasto directo del ganado, igual la confección de reservas se pudo hacer con un volumen razonable. En otros lugares hubo que cosechar antes los cultivos, con rendimientos muy bajos, y las últimas lluvias terminaron de equilibrar la situación, algo que ocurrió en zonas de Flores, por ejemplo.
Los verdeos de invierno se están implantando, en otros casos hubo que volver a sembrar, porque la falta de lluvias y ataques de insectos afectaron las avenas. “Esperamos que el clima se normalice para tener una mayor productividad y mejor alimentación del ganado directamente de pasto, para abaratar la producción del litro de leche”, concluyó.