“El actual sistema voluntario e ineficaz no hace lo suficiente para prevenir la enfermedad y podría obstaculizar el éxito de los Estados Unidos en los mercados de exportación chinos”, establece un reportaje publicado días atrás en el US News por parte de Eric Englert. El autor asegura que “sin un sistema estandarizado y obligatorio para la trazabilidad del ganado desde la granja hasta el matadero, los expertos de la industria dicen que los agricultores y ganaderos estadounidenses enfrentan la posibilidad de que el ganado en malas condiciones sanitarios ingrese en el sistema alimentario y la posible interrupción de los mercados de exportación chinos”. Compartimos el mismo, agregando subtítulos y decuando algunos términos a nuestro uso.
Se espera que las exportaciones de carne vacuna de Estados Unidos a China se incrementen en un 42% en los próximos 10 años, si Estados Unidos está dispuesto a cumplir con ciertas condiciones establecidas por China.
En junio, China aprobó las importaciones de carne de Estados Unidos, pero exige la trazabilidad del ganado desde el nacimiento, y es una parte importante de las reglas de importación más estrictas. Para los bovinos nacidos y sacrificados en EE.UU., las nuevas reglas chinas establecen que el ganado debe ser identificado individualmente con una caravana resistente a la manipulación y que tenga un único número. Puede ser una identificación electrónica, RFID, o una caravana visual compatible con el programa, pero los números únicos deben ser accesibles por el USDA para determinar el cumplimiento.
Solo el 13% de la carne de estadounidense es exportada. Por lo tanto, algunos ganaderos lo consideran como un gasto innecesario y molesto, de acuerdo con Erin Borro, de la Federación de Exportadores de Carnes de EE.UU.
El Comisionado de Salud Animal de Kansas, Justin Smith, espera que esa actitud cambie a medida que el mercado chino se abra. Únicamente el año pasado, China importó 601.000 toneladas de carne vacuna, según datos oficiales. Desde 2003, EE.UU. han estado tratando de alcanzar los registros de Australia y Uruguay, que son los responsables de la mayor parte de las exportaciones del rubro a China.
IDENTIFICACIÓN POCO CONFIABLE
Estados Unidos es el único gran exportador de carne sin un sistema estandarizado de trazabilidad. La industria ganadera del país es especialmente vulnerable porque la mitad de todo el ganado vacuno no está siendo caravaneado oficialmente, y los datos registrados por los estados acerca de dónde vienen y van a menudo no son confiables.
“El ganado vacuno puede moverse sin ser identificado oficialmente”, dijo Neil Hammerschmidt, gerente de trazabilidad de enfermedades animales en el Servicio de Inspección de Sanidad Animal (AFIS) de la Secretaría de Agricultura (USDA). “Aproximadamente el 50% de las caravanas serían las oficialmente reconocidas, lo que mejoró mucho desde 2013, cuando se introdujeron las reglas oficiales [federales]”.
El 90% del ganado de los feedlots llega a la Operaciones Concentradas de Alimentación Animal de acuerdo con el Grupo Mercantil de Chicago según el Informe de Cattle News de 2016. El ganado en los encierros, que albergan 1.000 cabezas o más, a menudo se limita a corrales de 100 a 125 animales. Algunos camiones transportan hasta 50.000 libras de ganado de muchos dueños a la vez, dijo el reconocido criador de ganado Angus de Kansas, Mark Gardiner.
La industria de la carne vacuna se ha opuesto a la inclusión del ganado de engorde a las normas oficiales de identificación, argumentando que la mayoría están destinados al sacrificio antes de los dos años y, por lo tanto, no plantearían mucho riesgo de propagación de enfermedades. Pero el Servicio de Inspección de Salud Animal no está de acuerdo, argumentando que existe riesgo de enfermedad.
POR DETRÁS DE URUGUAY
Además de la ineficiencia, se agrega el hecho es que los distintos estados cuentan con diferentes reglas. Por ejemplo, el ganado vacuno que se traslada de Florida a Illinois para alimentarse en una granja, no necesita ninguna identificación oficial o certificado de inspección veterinaria. La única cosa requerida es un permiso de entrada, indicando el número de ganado que ingresa a Illinois y si son terneras, vacas, toros o novillos, y el nombre de la dirección del vendedor, de acuerdo con la Oficina de Salud y Bienestar Animal de Illinois.
Los ganaderos que participan en la trazabilidad estatal generalmente crean listas escritas del ganado a menudo ilegibles, que son enviadas al estado para que las ingresen en una computadora.
La combinación de un sistema ineficiente y en gran parte basado en el papel de mantenimiento de registros, y la oposición de los granjeros a la intrusión del gobierno en los datos ha colocado a EE.UU. detrás de muchos países desarrollados como Canadá e incluso de algunos países en desarrollo, como Uruguay. Ambos tienen sistemas oficiales de trazabilidad a partir de la identificación individual electrónica de su ganado.
TECNOLOGÍA SIN INCENTIVOS
La tecnología de identificación RFID, o el uso de caravanas electrónicas, es considerada como una solución para trazar el ganado. Ha estado disponible por al menos una década, pero no hay incentivos federales para que el pequeño productor lo utilice, dijo el ex granjero y actual Coordinador de Trazabilidad de las Enfermedades de los Animales del Departamento de Agricultura de Kansas, Kendra Frasier. Sin embargo, la oposición de los granjeros, probablemente desaparecerá si los mercados de exportación se ven afectados por un brote de alguna enfermedad.
“Sin las caravanas electrónicas oficiales, existe el potencial para la introducción de la enfermedad en el rodeo”, dijo Frasier. “Históricamente, hemos tenido enfermedades, pero controlarlas es económicamente imposible. Cuántos más registros tecnológicos tengamos, mejor equipados estaremos para enfrentar una mala situación. Si tuviéramos un brote de alguna enfermedad, un acceso más rápido a los registros sería lo mejor para nosotros.”
Gardiner, el productor de Kansas cuya operación financia su propia planta de envasado, ha usado un sistema RFID para la identificación del ganado desde el 2004. Cree que es un valor añadido para su negocio, pero que muchos pequeños granjeros evalúan la cuestión a través de una lente costo-beneficio diferente a la de él.
“Algunos productores ni siquiera pueden usar una simple caravana, que cuesta un dólar. Desde su punto de vista, es sólo una molestia. El dispositivo electrónico de identificación vale U$S 5 o U$S 6. Para aquellos ganaderos que poseen una gran cantidad de ganado, que se encuentran en las zonas ásperas, [la implementación] puede representar un obstáculo práctico, pero se puede hacer, solo que el precio termina siendo prohibitivo”.
LOS PORCINOS, UNOS ADELANTADOS
Algunas industrias están más abiertas al uso de la tecnología en la identificación de animales. La porcina, por ejemplo, tienen una tasa de participación de caravanas RFID de alrededor del 95 % y ha estado “a la vanguardia de la trazabilidad electrónica desde la década de 1980”, dijo Brian Black, ex presidente del Consejo Nacional de Productores de Carne de Cerdo, en una conferencia reciente.
El movimiento de estandarización a nivel nacional para la trazabilidad comenzó a principios de los años 2000, dijo el Dr. Patrick Webb, director de programas de salud porcina en la National Pork Board. En ese momento, a cada sector animal se le pidió que convirtiera sus propias prácticas de normalización de la industria en un sistema robusto. No todos cumplieron.
En abril, el USDA publicó un informe sobre la trazabilidad de enfermedades animales que concluyó que la inclusión del ganado de feedlot en los reglamentos es esencial para un sistema efectivo a largo plazo y que el “éxito de los esfuerzos de control de enfermedades de los animales depende de que incluya todos los sectores de la industria ganadera”. Ahora, los funcionarios del USDA están recorriendo el país pidiendo a los productores que se encarguen de ofrecer consejos sobre los mejores estándares para la identificación del ganado.