Las lluvias aliviaron la necesidad urgente de venta; las referencias de ACG se ubicaron en U$S 3,30 para el novillo, U$S 3,02 la vaca y U$S 3,17 la vaquillona.
El mercado ganadero volvió a reflejar un ajuste de los precios, pero esta semana ocurrió de forma bastante más moderada que en semanas anteriores.
Según la Asociación de Consignatarios de Ganado (ACG), el precio promedio de los novillos para faena en los negocios realizados la semana pasada se ubicaron en U$S 3,30 por kilo a la carne y U$S 1,80 en pie; las vacas U$S 3,02 y U$S 1,46; y las vaquillonas U$S 3,17 y U$S 1,65.
Diego Arrospide, presidente de esa institución, comentó este lunes en Agronegocios Sarandí que “la buena noticia para el mercado y para el país fueron las lluvias, que fueron importantes al sur del río Negro. Siguen habiendo lugares puntuales donde no llovió, pero hubo buenas lluvias en zonas que necesitaban. Ya tuvimos dos episodios de lluvias buenas, que empiezan a tener su incidencia en el mercado”.
Agregó que “otra señal muy buena es el aumento de la faena, explicado fundamentalmente por los ganados de corral, ya que estamos entrando a otra ventana de faena para la cuota 481. Esto se nota también en la composición de la faena, ya que el 51% fueron novillos”.
Por otra parte, la oferta de ganado gordo “está un poco más tranquila, con menor presión de venta, gracias a las lluvias”, comentó. En este marco, dijo que “si bien tuvimos un nuevo ajuste, este fue bastante más moderado y se empieza a confirmar que estamos en un piso de precios”.
Las razones de la baja
Arrospide analizó que la baja de los precios ganaderos en las últimas semanas tiene dos componentes fundamentales. “Por un lado la debilidad de la demanda internacional, que ya fue explicada por los especialistas en el tema, por lo que está ocurriendo en China, Europa y Estados Unidos. Pero en las últimas semanas lo que más incidió fue el clima, lo que presionó a adelantar las ventas y a priorizar la colocación frente a los precios. Eso le dio continuidad a la baja sostenida y sistemática que ocurrió durante prácticamente dos meses, algo que generó esta nueva realidad que nadie esperaba”, sostuvo.
Por lo tanto, consideró que “en la medida que el clima vuelva a normalizarse, seguramente nos arrimaremos a un mercado más real, donde oferta y demanda busquen una estabilidad. En la medida que la demanda siga traccionando y empecemos a tener faenas altas, de 50.000 cabezas o más, eso será un nuevo reflejo de la realidad”.
En ese sentido, comentó que esta semana retomó la faena Inaler (Frigorífico San José, de Grupo Marfrig) y también está previsto que retome la actividad Frigorífico Carrasco (Minerva Foods). El presidente de ACG planteó que se trata de dos plantas importantes, que van a ayudar a traccionar la demanda y habrá un sinceramiento del mercado, con valores más lógicos y no tan contaminados por la incidencia climática.
Reposición
En el mercado de la reposición las variaciones de precios fueron dispares, dependiendo de la categoría. El precio promedio de los terneros subió a U$S 2,22, el de las terneras bajó a U$S 1,90 y se mantuvo sin cambios la cotización de la vaca de invernada en U$S 1,61, según ACG.
“Si bien normalmente el mercado de la reposición copia el comportamiento del ganado gordo, también tuvo una reacción frente a las lluvias y la semana pasada ya se veía más demanda, que si bien sigue cautelosa, empieza a reactivarse en este nuevo escenario de valores”, comentó Arrospide.
Agregó que esa demanda “está segmentada, focalizada en los negocios más largos, donde la amortización y previsibilidad del negocio es mayor. Y en negocios cortos está un poco más reticente. Al no estar tan claros los precios del gordo, repercute en mayor cautela”.
De todos modos, valoró que “lo importante es que hay una reactivación de la dinámica de los negocios, y que poco a poco comienza a formarse un mercado”.
Ovinos
En el mercado de ovinos, las referencias de precios volvieron a bajar de forma importante. El cordero pesado se ubicó en U$S 3,20; el capón en U$S 2,90; y la oveja en U$S 2,68.
“Entramos en una época compleja para los lanares, cuando empieza a marcarse una fuerte estacionalidad, a lo que se le suma la preferencia por los vacunos de corral, lo que hace que se dilaten las entradas de los lanares (a las plantas de faena), armándose un cuello de botella, lo que presiona aún más los precios a la baja”, comentó Arrospide.
Agregó que “la demanda es cautelosa y exigente. Si miramos la composición de la faena, vemos que la mayoría son corderos pesados y algún borrego. Los animales adultos o con carcasas mayores a 23 kilos tienen una colocación muy compleja o prácticamente nula”.
El presidente de ACG consideró que “seguiremos hasta mediados de diciembre en esta realidad, y a partir de ahí se vuelva a descongestionar el mercado”.