El consignatario Gustavo Basso consideró que si el tiempo ayuda los ganados bien preparados volverían a aparecer desde mediados de mayo, tras el rebrote de praderas y crecimiento de los verdeos.
“En los años que tengo en actividad nunca vi que en abril haya una situación de poszafra tan marcada como esta”, dijo a Agronegocios Sarandí el consignatario Gustavo Basso.
El empresario consideró que eso se debe al déficit de lluvias desde fines de la primavera y que continuó durante todo el verano, adelantando la salida de muchos ganados que hoy faltan para abastecer la faena de otoño.
“Está claro que esta altísima faena, que motivó un trimestre con actividad récord, habla a las claras de la necesidad del productor y de la elasticidad de la industria, para aprovechar hacer una faena amplia cuando los ganados estaban, y no se perdió gordura como podría haber pasado si la faena no actuara con tanta elasticidad para absorber todo ese ganado que se ofrecía”, analizó Basso.
Lo que viene ocurriendo en las últimas semanas con los precios es una disparidad muy amplia dentro de una misma categoría, por las diferencias en las preparaciones de los ganados.
Hay mucha disparidad en las preparaciones de los ganados, algo que se refleja en los precios
En la semana pasada los mejores novillos cotizaron a U$S 3,30 por kilo, superando los U$S 3,32 los muy especiales, que no son los más abundantes, pero la mayoría se vendió a precios que se ubicaron entre U$S 3,20 y U$S 3,25.
Las vacas se vendieron en el eje de U$S 3 por kilo, con algunas que llegaron a U$S 3,10, pero hubo muchas que se vendieron a U$S 3,05 y otras que no llegaron a U$S 3 por no tener la terminación adecuada.
La vaquillona, la vedette para el consumo interno, cotizó entre U$S 3,15 y U$S 3,20. “El mercado del abasto es el que más receptividad tiene”, indicó Basso.
Los corrales de engorde se están preparando para salir con ganado gordo en los meses de escasez: junio, julio y agosto; y para la exportación de carne a través de la cuota 481
El consignatario también analizó que hay una preparación de los corrales, que están pertrechándose con ganado para afrontar el momento más crítico de oferta, los meses de junio, julio y agosto. Señaló que también hay ganado encerrado para la cuota 481, que tendrá una faena importante a partir de la última semana de abril y gran parte de mayo.
Basso consideró que gracias a las lluvias recientes y buenas temperaturas de este otoño, se permitirá la instalación de verdeos y rebrotes de praderas que arrojarán resultados en 30 o 35 días.
“Ahí saldrán ganados con gorduras nuevas, preparados para la venta. Es muy posible que estemos en el momento más crítico de la oferta de ganados de pasto, donde las calidades no están dentro de los planes y objetivos que se fijó el productor para entregar. Esperamos que se empiece a acelerar la producción de gorduras nuevas, que serán de muy buen recibo para la industria, para afrontar momentos que serán difíciles para el abastecimiento de materias primas”, comentó Basso.
Basso consideró que las recientes lluvias y buenas temperaturas, permitirán la instalación de verdeos y rebrotes de praderas, para terminar ganados en 30 o 35 días
Consultado sobre sus expectativas en cuanto a la evolución de los precios, respondió que las subas no son ilimitadas, y el productor es consciente de ello. “No veo que especule ni espere más precio, sino que espera que el ganado esté mejor para faena. En la medida que el clima acompañe con lluvias y temperaturas, para tener forraje de calidad y volumen, podremos tener una sorpresa agradable, y tener más ganado del esperado en la poszafra tradicional”, planteó.
Pero hasta mediados de mayo habrá ausencia de ganados de calidad, con faenas del orden de 40.000 reses, pero no con volúmenes importantes que puedan cambiar la tendencia de firmeza que tuvo el mercado hasta este momento, consideró.