Se cree que el déficit hídrico generó una disminución de ingresos de U$S 924 millones para los cultivos de secano; el trabajo fue presentado este jueves a la comisión de Ganadería del Senado.

Las gremiales estimaron que las pérdidas como consecuencia de la sequía fueron de U$S 1.007 millones, según un trabajo presentado este jueves a la comisión de Ganadería del Senado.

El estudio, elaborado en un principio por la Asociación Rural del Uruguay (ARU), fue enriquecido luego con información que aportaron la Asociación Cultivadores de Arroz (ACA), la Asociación Nacional de Productores de Leche (ANPL), Comisión Nacional de Fomento Rural (CNFR), Cooperativas Agrarias Federadas (CAF) y la Federación Rural.

A continuación transcribimos el informe, denominado Impacto económico: clima 2017-2018

Cuantificar el impacto de los efectos climáticos que incidieron en la zafra 2017-2018 es una tarea compleja e incompleta, dado que los efectos van más allá de lo estrictamente productivo.

Los impactos directos son aquellos referidos a la disminución en la productividad de los cultivos afectados, la mortandad de ganado, la pérdida de peso de los animales para faena, etc. Pero además es necesario considerar el incremento en los costos como lo es el uso de concentrados y otros suplementos para alimentación del ganado, lo que redundará en resultados económicos muy acotados para el ejercicio, en muchos casos negativos.

La complejidad en la medición de los impactos radica en que estos efectos directos inducen en una gran cantidad de impactos indirectos, tanto de carácter económico como social. Pero además, los efectos del clima en la zafra 2017-2018 repercutirán sin lugar a dudas en la actividad productiva futura.

Las cadenas de valor agroindustrial y agroalimentaria, en general están conformadas por una amplia red integrada por productores, empresas de servicios y de comercialización (ejemplo cooperativas), servicios de maquinaria, proveedores de insumos, industrias procesadoras, comerciantes, etc. Todos los eslabones de la cadena a consecuencia de lo que se deja de producir (o lo que se deja de ganar), van a ser afectados.

Como ejemplo corresponde citar el caso concreto de las cooperativas agropecuarias, las que han reducido el ingreso de granos a planta, lo que incide disminuyendo la venta de servicios, de insumos, etc. Debemos tener en cuenta que no es una situación aislada, sino que se agrava por la zafra de cultivos de invierno, afectada también por el clima y precios bajos, generando que en el acumulado tenga consecuencias sobre el endeudamiento y financiamiento.

Agricultura

Las estimaciones indican que la disminución de ingresos por menores rendimientos en los cultivos oleaginosos y cereales, excepto arroz, estaría en el entorno de los U$S 924 millones.

En el caso del cultivo de arroz, a la fecha faltan por cosecharse entre un 30% y un 40% del área. Según estimaciones realizadas por la Asociación Cultivadores de Arroz, el rendimiento sería levemente superior al promedio histórico pero por debajo de la zafra anterior.

Hay que destacar que el cultivo de arroz en Uruguay se realiza 100% bajo riego, lo que junto a la genética y la adaptación de variedades, así como el manejo que se realizó del cultivo, son factores determinantes que limitan los daños por efectos climáticos.

El impacto de la falta de agua en la zafra 2017-2018 determinó que entre 500 a 600 has de cultivo se perdieran totalmente. Estimando para esta zafra el costo de producción en U$S 2.000 por hectárea, las pérdidas totales por área sembrada y no cosechada estarían entre U$S 1 y U$S 1,2 millones.

El manejo restringido de la cantidad de agua en las represas ha tenido un efecto en la baja en el rendimiento que se ha controlado por el estratégico manejo de este recurso por parte de los productores. Esto afecta rendimientos en volumen y calidad de cultivo.

En estas condiciones se estimó un rendimiento promedio que estaría en los 8.200 kg por ha, 400 kilos menos que la zafra anterior. En consecuencia, las pérdidas por menor cosecha respecto de la zafra pasada se estiman en U$S 14 millones, lo que sumado a las pérdidas totales por área no cosechada totalizaría U$S 15 millones.

Ganadería

En el estudio realizado por INIA, las estimaciones indican que la disminución de ingresos para la zafra 2017-2018 por un menor peso en los terneros, serían de unos U$S 26 millones.

El impacto es mayor si se lo proyecta en las dos próximas zafras, estimando este mismo estudio que por menor nacimiento de terneros y su comercialización como tales o como novillos dos años después se perderá entre U$S 400 a U$S 600 millones.

En lo que refiere a mejoramientos forrajeros, sin duda la heterogeneidad de situaciones es elevada, por un lado por lo diverso del déficit hídrico sufrido, no sólo a nivel departamental sino a nivel incluso de seccional policial. De acuerdo a relevamientos primarios, realizados por los técnicos de Plan Agropecuario, en ganadería las pérdidas podrían oscilar entre 120.000 y 180.000 hectáreas de mejoramientos forrajeros.

A un valor promedio de costo de implantación de unos U$S 280, se estima que las pérdidas estarían en unos U$S 33,6 a U$S 50,4 millones.

En resumen, los menores ingresos estimados para la presente zafra rondarían los U$S 1.007 millones.

Lechería

La información fue aportada por referentes de la Asociación Nacional de Productores de Leche y técnicos del rubro. La lechería no tuvo impacto en su producción, de hecho se mantuvo la remisión a planta.

No obstante esa producción se logró en base a suplementación y aporte de concentrados en la alimentación. Esto incide directamente en los costos de producción sea por la necesidad de comprar granos en un mercado demandante por la falta de forrajes, o bien por la necesidad de consumir las reservas previstas para el próximo invierno, difiriendo estos mayores costos para la temporada invernal cuando será necesario suplir estas reservas por alimento comprado.

Mayores costos

La producción ganadera, tanto la lechería como la producción de carne, está necesariamente enfrentada a incurrir en mayores costos para mantener el rodeo en producción. Sea por la compra de suplementos alimenticios como pastoreos, fletes y otros costos inherentes a estas actividades.

Efectos multiplicadores e impactos directos

El Departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República realizó en el año 2009 un estudio sobre “La real importancia del agro en la economía nacional”. El grupo de trabajo estuvo dirigido por la Economista Inés Terra.

En el estudio realizado por la Universidad de la Republica, y reconocido por su aporte al conocimiento, tanto por actores de la enseñanza como integrantes del gobierno, se recomienda que “cualquier política de estímulo a este sector tiene mayor poder de difusión que en otros sectores, ya que es el sector con más alto multiplicador de producción, de renta y de empleo”.

El “efecto difusión” es el efecto positivo que el desarrollo de las zonas más prósperas tiene sobre las más atrasadas. En este caso por cada unidad extra demandada al sector agropecuario, se genera un aumento de 6,22 unidades monetarias extras en la economía, siendo el sector con aportes más altos.

En este análisis se concluye que el sector agropecuario es el que presenta los mayores multiplicadores sobre la producción, superando la media de la economía, y superando a los sectores servicios e industria manufacturera.

En particular este informe establece que por cada unidad adicional demandada por el sector agropecuario se producen encadenamientos hacia adelante con los otros sectores de la economía, generando un efecto de difusión (a partir de la producción obtenida) en la producción total de la economía de 3,11 unidades. Esto implica que una menor producción obtenida se multiplicará en sus efectos negativos sobre la economía en su conjunto.

Evaluar la magnitud del impacto económico del efecto clima en la zafra 2017-2018 no es tarea sencilla, pero lo que no se puede desconocer es que los efectos de menores ingresos por la disminución de la producción agropecuaria tendrán implicancias más allá del propio sector, por sus derrames en el resto de la economía.

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