Reconocen que el decreto disminuyó las diferencias en el proceso y se tiende a una estandarización, pero señalan que se trata de negocios entre privados, que el Estado no debe intervenir; afirman que las diferencias se evitan realizando el negocio antes del emprolijado de la res.

Los números del Instituto Nacional de Carne (INAC) demuestran que el decreto que determina un dressing máximo tiende a estandarizar el proceso en un 7,4%, cuando antes había grandes disparidades entre las diferentes plantas de faena.

Aunque la Federación Rural reconoce los avances que se lograron a través de esa intervención, alega que se trata de un negocio entre privados y que toda la discusión se evita vendiendo los ganados en la etapa de tercera balanza, antes de ese proceso industrial que generó tantas discrepancias durante muchos años.

“Me pregunto ¿por qué el dressing? Me están sacando cosas de mi armario, ¿por qué? Si es un tema entre privados. ¿Por qué se tiene que meter el Estado y el director de calidad del INAC si es un tema de privados?”, dijo en entrevista con Agronegocios Sarandí el Dr. Emilio Mangarelli, representante de la Federación Rural ante la junta directiva del INAC.

Mangarelli reconoció que el decreto que regula el dressing mejoró muchísimo el proceso, pero remarcó que la gremial insiste en que no se debe tocar el animal, que es del productor. “Es un tema de precios, que le pongan el precio que quieran pero que no lo toquen. Insistimos en el pago en tercera balanza. Estamos convencidos de eso”, afirmó.

“El presidente del INAC habla de agregar valor, y me pregunto ¿qué es agregar valor? Es un tema entre privados. Si yo quiero que me paguen por rendimiento de área de ojo de bife, o por rendimiento entre cortes traseros y cortes delanteros, lo puedo negociar. Pero no entiendo por qué tengo que hacer un dressing máximo y mínimo porque un decreto me lo exige. Hay que verlo desde ese punto de vista, y nunca quieren dar esa discusión”, señaló el productor.

El directivo de INAC reconoció que no hay dudas de que el dressing mejoró y que se está tendiendo a estandarizar, dijo que ahora habrá que vigilar si se mantendrá en el tiempo.

Explicó que el problema se arregló prohibiendo tocar la entraña fina y algunos músculos del sangradero, y así se terminó el asunto.

“Acepto que me saquen las menudencias, las pezuñas, pero no sé por qué el rabo, porque se vende muy bien; ¿el hígado, el riñón y todo lo demás por qué lo sacan? No acepto que me digan agregarle valor y calidad, porque es todo muy retórico”.

Foto: El Observador.

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