En entrevista con Agronegocios Sarandí, el exoficial a cargo de FAO en Uruguay enfatizó sobre la importancia del concepto de bioeconomía y el futuro de la agricultura.

El Ing. Agr. Vicente Plata, exoficial a cargo de FAO en Uruguay, analizó en entrevista con Agronegocios Sarandí temas tales como la bioeconomía, la importancia de asignar más presupuesto para la investigación y la innovación, cómo lograr que Uruguay pueda integrar sus prioridades en la agenda internacional y el futuro de la agricultura.

Explicó que la bioeocnomía es un enfoque que “está en evolución” y, mientras “la preocupación de los europeos es la de sustituir combustibles fósiles”, la preocupación de los latinoamericanos “es poder generar otros productos y otros insumos para agregarle valor ambiental”.

Plata sostuvo que “uno de los temas que tenemos que asumir es avanzar más rápidamente y con una mayor inversión en investigación e innovación”.

“Cuando hablamos de bioeconomia hablamos de poner un nombre, una etiqueta, que conjuga lo que en Uruguay se hacía en diferentes momentos en forma aislada. Hace 40 años desarrolló una colección de Rhizobium única en el continente y que le ahorrar centenas de millones de dólares en importación de urea al Uruguay; y le dedicamos un gran esfuerzo a eso”, recordó.

Agregó que después, “como les pasa a los seres humanos a veces, nos dormimos en los laureles y recién hace 10 o 15 años el INIA (Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria) volvió a investigar otros géneros de microorganismos, porque los Rhizobium sabemos que sirven para las leguminosas, para hacer disponible el nitrógeno y se nutran mejor”.

“Mientras la preocupación de los europeos es la de sustituir combustibles fósiles”, la preocupación de los latinoamericanos “es poder generar otros productos y otros insumos para agregarle valor ambiental”.

El ingeniero agrónomo se preguntó si “¿No habrá microorganismos que lo logren en cereales, en gramíneas? ¿No habrá otros microorganismos que nos puedan servir para el control de plagas? Bueno, eso es una parte”.

Además, señaló la forestación “no es solo producción de madera también es de celulosa, pero también otras cosas, por eso las grandes empresas forestales en Uruguay están invirtiendo en un centro de bioeconomía, investigando junto con la academia la producción de bioplásticos o biotinturas, porque la bioeocnomía es un enfoque que está en evolución. La preocupación de los europeos, que es un poco donde se origina esta cristalización, es la de sustituir combustibles fósiles”.

Adaptarse a las exigencias

Plata sostuvo que la preocupación de los latinoamericanos es “poder generar otros productos y otros insumos. Poder aprovecharlos para agregarle valor ambiental y disminuir los impactos sobre el medio ambiente, porque los uruguayos siempre fuimos muy buenos empresarios agropecuarios y agroindustriales. Siempre fuimos muy dinámicos en adaptarnos a la exigencia de los clientes y además tratamos de situarnos en los mejores segmentos del mercado; y está bien”.

Recordó que la crisis de la fiebre aftosa “en Italia había aftosa pero ellos nos compraban a menor precio porque teníamos aftosa. Uruguay estaba muy ocupado en erradicar la fiebre aftosa y lo hizo bien, y ahora colocamos la carne en otros segmentos de mercado”.

“Siempre fuimos muy dinámicos en adaptarnos a la exigencia de los clientes y además tratamos de situarnos en los mejores segmentos del mercado; y está bien”

Planteó que “seguramente si usamos bioinsumos para controlar la garrapata u otros problemas no tenga residuos o disminuya el riesgo de tener residuos. Pero además de tener productos, como la madera, diferentes productos finales. Eso es bioeconomía”.

Desarrollo e investigación

“El Ministerio de Industria y Energía con el Ministerio de Ganadería, con el sector forestal (cuando se hizo el acuerdo de inversiones) están muy interesados en desarrollo de investigación para no quedarse solo en celulosa. Esto es parte del trabajo que está haciendo el gobierno con los inversores, para que no sea solo madera, para que también pueda trabajarse en otros productos. Los otros sectores también tienen la oportunidad de ponerse las pilas porque el tema lleva mucha investigación y tiempo”, comentó Plata.

Señaló que “uno de los temas que tenemos que asumir es avanzar más rápidamente y con una mayor inversión en investigación e innovación. El Uruguay ha desarrollado muy buenos mecanismos institucionales, que no es nuevo. Al Pasteur lo tenemos hace muchos años, pero tenemos la ANII (Agencia Nacional de Investigación e Innovación), que focaliza la investigación para la innovación y el sector privado lo aprovecha muy bien”.

Ser más ambiciosos

Plata consideró que “tenemos que ser más ambiciosos en el presupuesto que le asignamos a la investigación y la innovación, para que luego el sector privado pueda tomarlo, aprovechando las oportunidades, diversificando los productos finales que se obtienen de una misma producción. Sino una producción intensiva en Uruguay es muy difícil de sostenerla rentablemente”.

Señaló que la población uruguaya “tiene un buen nivel de vida, y está bien, pero para eso no podemos exportar limones a secas. Es decir, la producción de limones tiene que producir diversas cosas, la producción de madera tiene que producir diversas cosas, porque tiene que agregar valor al producto”.

“La seriedad institucional, la seriedad en la inocuidad, la seriedad en el valor ambiental está muy bien, y se hacen muy bien en Uruguay, pero además hay que avanzar en sacar más productos finales de los mismos productos”

También sostuvo que “la seriedad institucional, la seriedad en la inocuidad, la seriedad en el valor ambiental está muy bien, y se hacen muy bien en Uruguay, pero además hay que avanzar en sacar más productos finales de los mismos productos”.

Consultado sobre qué hace Uruguay, un país netamente exportador de alimentos, para imponer sus temas en el ámbito internacional de la FAO, cuando la agenda de los demás países es otra, y apunta fundamentalmente a la seguridad alimentaria. Plata respondió que “es verdad, en la mayoría de los países la preocupación es la seguridad alimentaria y cuando vamos ahí vamos como proveedores de alimentos”.

“Tenemos que estar en la misma mesa para conversar, porque hablamos de calidad de alimentos, de qué alimentos necesitan. Hay grupos en donde no estamos, como por ejemplo el de los frutos secos, pero sí integramos el grupo de los lácteos o el de las carnes”, dijo.

No es solo seguridad alimentaria

El exoficial a cargo de FAO agregó que “Uruguay desde hace más de 30 años integra activamente el Comité Forestal, a tal punto que los profesionales uruguayos han liderado el equipo de profesionales que hace el inventario mundial de recursos forestales, porque a Uruguay le interesa estar ahí, le interesa que sus productos forestales sean conocidos en el mundo, le interesa estar en las discusiones de fitopatología forestal en la región pero también en el mundo, porque no quiere que un día le digan: no, tu madera tiene tal mosquita”.

“También le interesa a Uruguay estar en esos ámbitos donde se define qué es un suelo saludable. Una de las cosas más importantes que se creó a los pocos años en la FAO fue el Codex alimentario, que fue la descripción de los productos alimentarios. Uruguay tiene un comité nacional de larga data, que se reúnen y discute si las barras lácteas, si la mozzarella u otros se discute ahí. Técnicos del sector público junto con técnicos de la industria hacen esos trabajos para defender posturas, para corregir cómo se va a redactar un acuerdo, qué se acepta y qué no se acepta; para que luego nuestros productos puedan circular sin inconvenientes”, describió.

Técnicos de escritorio

Sobre las críticas que muchas veces se escuchan de parte de productores sobre lo que hacen o no los organismos nacionales o internacionales y los famosos técnicos de escritorios, Plata dijo que “a veces lo que pasa es que productores que están muy concentrados en su establecimiento no ven ese trabajo. Cuando después le toca verlo, ya sea por su gremial local o la nacional, o les toca integrar institutos, ven otra cosa”.

“Creo que es darle la oportunidad a esa gente de participar y que vean los trabajos que se hacen en las instituciones. Es importante saber con quién hay que hablar y hasta dónde hay que hablar para vender nuestros productos. Una cosa es producir para vender en Tacuarembó y otras es tener que exportar a Bélgica y a China. Por eso ahora los productores están viajando mucho a China, está muy bien. Ver y participar de las instituciones lo enriquecen mucho”, afirmó.

El futuro de Uruguay

Finalmente, consultado sobre si era optimista con respecto a Uruguay y la agricultura, el Ing. Agr. Vicente Plata señaló que “mis 13 años de experiencia en FAO me permitieron aquilatar varias cosas de Uruguay. Hay cosas que se dicen y aprendí que son ciertas. Por ejemplo, el valor de su gente. Uruguay tiene un empresariado urbano y de agronegocios muy bueno. Es dinámico, emprendedor. A veces decimos no se arriesga, pero cada uno a su ritmo”.

También señaló que el país “tiene una institucionalidad muy sólida; me quedé asombrado del respeto que le tienen en la FAO a Uruguay por su institucionalidad y por la seriedad de sus ministerios. Los delegados ministeriales en general dejan muy bien parado al Uruguay a donde sea que van”.

“Y sus autoridades, independientemente del partido de gobierno, en general hacen muy buen papel. Todo eso genera un ambiente que permite ser optimista, simplemente uno se impacienta y le gustaría que las velocidades fueran otras”, concluyó.

 

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