Marcelo Secco, director ejecutivo de Grupo Marfrig para el Cono Sur y presidente de la Asociación de la Industria Frigorífica del Uruguay, analizó la situación del sector, los mercados, la exportación en ganado en pie y la relación con los productores en esta entrevista con Agronegocios Sarandí.
¿Los números de estos primeros ocho meses del año fueron los esperados?
No esperábamos la dinámica del mercado en este segundo semestre. En el primer semestre arrastramos una faena un poco atrasada, y obviamente por un muy buen verano, que como todos sabemos el crecimiento de las pasturas en Uruguay es condición de faena y eso nos ayudó a tener muy buena actividad.
Pero el año se presentó con algo más de faena, con algo más de novillos en la faena, con mercados que mostraron sus características, con una dicotomía muy importante uno con el otro. Fue un comportamiento muy particular de los mercados.
Y también estuvimos muy expectantes de nuestros competidores, fundamentalmente de Brasil y Australia, en la estructura de mercados que tiene Uruguay desde hace unos años.
Fue otro año para todo el sector agroindustrial exportador bastante pesado en la estructura de costos en dólares, algo que venimos soportando y arrastrando, y obviamente el mercado no lo valoriza; hay que tratar de transferir y no siempre se puede.
Queda la sensación de que hay que facturar más para cubrir los costos
Todos tenemos que no solo factura más, sino jugar con la inflación y el tipo de cambio, ver cuántos dólares recibimos y cuánto rinden para los costos internos en dólares. A su vez estar expectantes de qué le está pasando a nuestro principal socio, que es el sector primario, y ver la evolución que está teniendo y cómo le pesa esa mochila, además del clima.
Pero no es nada que no estemos acostumbrados a hacer. Pero cuando los mercados están un poco más ágiles, con eso y con el tipo de cambio, los dolores se llevan más fáciles.
Este año fue más tenso desde ese punto de vista, pero ya encarando el último trimestre, y orejeando el arranque del próximo año, principalmente en Europa y China, que son nuestra estructura principal de mercado.
¿Los mercados están más ágiles en colocación a pesar de que los precios son casi los mismos que el año pasado?
China dinamizó en este segundo semestre. En la feria de mayo en China percibimos un mercado que se estaba ordenando, porque el año pasado los operadores pasaron muy mal, y es un mercado que viene en un proceso de formalización de sus importaciones (canales grises). No esperaba un segundo semestre tan dinámico como viene siendo este con la demanda china.
La incógnita está en cuándo se frena, en función del año nuevo chino, a mediados de febrero, y a finales de noviembre las cargas empiezan a enlentecerse. Hasta ahora venimos con fluidez, algún operador empieza a tomar recaudos pero no podemos compararlo con el año pasado.
«Hay dos temas escenciales para el sector agroindustrial: mejorar el acceso a mercados y capturar menores costos en dólares»
Y en Europa se dio una particularidad este año: veíamos con expectativa un euro fuerte y que eso nos ayudaría en la valorización en dólares, y eso no fue así, eso demuestra que el mercado está sufriendo por un lado; también está recibiendo más oferta de Argentina, que es una marca muy fuerte; Brasil está desde mediados de año con la exportación a Europa, son cosas que van pesando y no pudimos capitalizar el efecto moneda.
El otro día en la reunión de la gremial un colega me decía: cada vez entiendo menos, un euro fuerte y los precios en baja. Pero ahora cuando el euro afloja el importador, con fin de año y carne que no llega para las fiestas, se pone más reticente a comprar. Son juegos de mercado que hay que saber manejar.
¿Qué puede esperarse para un cambio más positivo? ¿El acuerdo Mercosur-UE? ¿La apertura de Japón?
Hay dos temas que son esenciales para dinamizar y destrabar al sector agroindustrial de la carne: por un lado la mejora en acceso a mercados, ya sea con Europa, China o Estados Unidos, que con esta administración parece un poco difícil, es la portera más grande para capturar; los otros deberes van en función de los costos en dólares.
Uruguay tiene hoy mucho menos margen que otros años para manejar un tipo de cambio más ágil, hay que ver cómo arbitra el dólar a nivel mundial, qué le pasa a la economía americana y a las decisiones de la Reserva Federal (de Estados Unidos) que nos puedan ayudar a que el dólar se fortalezca y, si el Banco Central del Uruguay lo deja, nos permita al sector agroexportador para capturar un menor costo en dólares para operar.
Después está la evolución del gasto público, pero ahí no tengo muchas esperanzas.
¿La exportación de ganado en pie sigue siendo un tema de preocupación?
Sin dudas. Las gremiales presentaron el borrador de un primer trabajo y esperamos que se presente el trabajo definitivo, con la intensión de aportar a la discusión y tener un consenso, nos guste o no, sobre los efectos que estas cosas generan, pros y contras.
Principalmente los que refieren a la distorsión que genera Turquía con el manejo de aranceles, y cuál efecto genera en un país que redujo su stock, que tiene compromisos en algunas categorías, como 10% menos de las categorías que se faenarán el año que viene y el otro, con una estructura industrial consolidada, y con plantas con rumores de apertura, y una oferta de hacienda que sería lógicamente menor en la medida que el stock se ajuste como se justó al 30 de junio.
«La exportación de ganado en pie sigue preocupando y queremos generar ámbitos de discusión de sus pros y contras»
El espíritu fue generar un ámbito técnico de discusión, muy profesional, salir de esa polémica, y seguimos con la misma aspiración, de que sea un elemento de discusión y trabajo, más allá de los otros deberes.
La dinámica exportadora de Uruguay pasa por mejorar el acceso a mercados, en un mundo que no es fácil. Veremos en la ronda de Brasilia, que hasta ahora no tuvo novedades. La esperanza es lo último que se pierde y esperamos tener alguna oportunidad de mejora. Pero es un ejercicio permanente que la Cancillería y el sector privado debemos seguir haciendo, como lo estamos haciendo con algunos destinos, y con una agenda lo más ágil posible, sin prisa pero sin pausa.
¿Se buscará un acercamiento con los productores por el precio del ganado?
Siempre está. En zafra los precios bajan naturalmente, por una relación de oferta y demanda. En estos días escuché algunas declaraciones que parecen paleolíticas, porque eran menos que prehistóricas. Pero en el fondo hay que ver los números, cómo se comporta la faena, si la demanda se retrae o se amplía y si la oferta es suficiente. Creo que venimos con una primavera bastante atrasada, recién ahora está consolidada, con mucha lluvia, y la oferta también está bastante atrasada.
Venimos con una faena ágil este año. Cuando en invierno se faenan 40.000 o 45.000 reses nadie dice nada. Si el mercado permite acelerar la faena bienvenido sea, y si se puede hay que consolidar esa oferta con exportación.
Estamos teniendo como mercados algunas presiones importantes, incertidumbres de China, e Israel se ha vuelto un mercado poco tentador, haciendo exigencias de inversión y con precios que no reaccionan, a pesar de tener un dólar bastante controlado y que incluso bajó en estos meses. Pero el tema es la gran competencia. El principal proveedor de carne de Israel es Polonia, que no existía, también es Irlanda.
«Tenemos incertidumbres con China e Israel se ha vuelto un mercado poco tentador»
Esta región exporta algo de carne enfriada y principalmente congelada, pero Paraguay tiene un valor muy competitivo, por más que no tiene la misma calidad logra colocar sus productos. No tendrá el mismo bife ancho pero en cogote, chingolo y paleta, sí compite. En esto hay que seguir trabajando.
Lo que pasa en el mercado día a día es lo que pasa en la relación del productor con frigoríficos todos los días del año, y en esa relación la faena sigue siendo muy buena para el año y si Dios quiere será muy buena en noviembre; en diciembre Dios proveerá.
¿Es complicado mantener todas las plantas de Marfrig en Uruguay funcionando? ¿Se puede pensar en la salida de alguna de las plantas?
Es un desafío mantener la capacidad instalada. Estamos con tres plantas funcionando, la semana que viene abrirá la cuarta, con un nivel de funcionamiento que es bueno, y pensamos que a fin de año podremos mantener un buen nivel de actividad en todas. En el año hay que ser competitivo y las escalas presionan.
La agenda laboral de Uruguay se complejizó mucho, no solo en costos, sino en la discusión, los criterios, en el ausentismo espantosamente alto, mucho más alto del de hace 10 años atrás.
«La agenda laboral de Uruguay se complejizó mucho»
Son costos que no se ven, que pesan en el día a día, que se agregan a una capacidad instalada importante y si eso no se convalida con carne, con materia prima, con ser un país competitivo y poder exportar, se vuelve pesado.
Son ciclos. Las empresas como la nuestra, que decidieron invertir en este nivel de capacidad instalada miran mucho más allá de lo que pueda pasar en 2017, 2018 o 2019.
Tenemos una plataforma industrial importante, haremos todo lo posible para adecuar nuestra ingeniería de trabajo, actividad, costos, especialización de plantas, el menor costo operacional posible, para darle el mejor resultado a la compañía y la mejor oferta de trabajo a los funcionarios. Es el ejercicio que buscamos mes a mes.
Entrevista: Javier Pastoriza. Foto: El Observador.