Un estudio realizado por la Agropecuaria de Dolores señala que el acuerdo entre Uruguay y China insumió un costo de US$ 17,54 por tonelada y creen que para la próxima campaña será aún mayor.

“Hay cosas para trabajar, para pulir, la idea es integrar a todos los actores de la cadena y que los costos no siempre los pague el productor”, dijo a Agronegocios Sarandí el vicepresidente de la Asociación Agropecuaria de Dolores (AAD), ingeniero agrónomo Andrés Alayón, tras la jornada que la gremial realizó este jueves 20 para presentar un estudio donde se detallan los costos extras que le generó al sector productivo el protocolo para la exportación de soja, documento que firmaron Uruguay y China.

La estimación de la AAD fue de US$ 17,54 por tonelada. Considera los costos de precosecha (limpieza de chacra); poscosecha (maquinación de la soja y prelimpieza para cargar); y el componente de comercialización, donde se comparó la relación entre la prima que se cobra en Uruguay y la de Argentina, allí se observó un incremento luego que se conocieran detalles del protocolo.

Los técnicos de la AAD realizaron el estudio basándose en los números de las liquidaciones de productores de esa zona del país.

Los agricultores volvieron a plantear que el acuerdo con China se comunicó tarde, cuando los productores ya no podían tomar recaudos, sobre todo con el manejo de los herbicidas en los cultivos, permitiendo evitar costos adicionales.

El tema aún no fue discutido con los exportadores porque estos últimos están en plena zafra, y esperarán a que termine, en octubre o noviembre, para poner los números sobre la mesa.

En la AAD consideran además que estos costos se incrementarían en la próxima zafra, basados en una comparación de los negocios que se están comprometiendo para la próxima cosecha a nivel local respecto a Argentina.

De todos modos Alayón opinó que el área prevista para la siembra se mantendrá, porque la soja es el único cultivo que le deja un margen económico positivo a los productores.

En la reunión estuvo presente el director de Servicios Agrícolas del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), ingeniero agrónomo Federico Montes, quien planteó la necesidad de que todos los actores de la cadena trabajen en conjunto, para que no sean solo los productores quienes asuman ese costo extra.

Montes aclaró que la firma del protocolo era algo inevitable, que Uruguay no tuvo opción, y si no lo firmaba sería muy difícil venderle soja a China. Se indicó que desde China se basaron en problemas que hubo con cargas anteriores para plantear estas condiciones.

El productor también destacó que los barcos que llegaron a China no tuvieran problemas. “Era algo esperable, porque la cosecha se hizo con buenas condiciones climáticas, fue de buena calidad, y se limpió con los recaudos pertinentes. “La calidad debía ser muy buena, tipo semilla. Lo que nos preguntamos es qué hubiera ocurrido en un año complicado, como el pasado”, planteó.

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