Antonio Manara lamentó los altos costos y bajo precio del producto. Recordó que en 1996 el precio provisorio fue US$ 10,15 por bolsa de 50 kilos, y los costos se ubicaban entre 78 y 82 bolsas por hectárea. El precio provisorio aceptado en los últimos días fue US$ 9,30, y el costo de producción se ubica entre 170 y 175 bolsas por hectárea.

Antonio Manara es brasileño y produce arroz en Uruguay desde el año 1995. “El 15 de julio cumpliré 22 años en Uruguay, siempre trabajando con arroz. Entre 2007 y 2011 estuve en Treinta y Tres, después volví a Tacuarembó”, contó durante una entrevista en Agronegocios Sarandí.

“El precio provisorio del arroz en 1996 fue US$ 10,15 (por bolsa de 50 kilos), y los costos eran mucho más bajos, en el entorno de 78 a 82 bolsas por hectárea. Hoy estamos hablando de 170 a 175 bolsas de arroz por hectárea, y vendiendo el arroz a un precio provisorio de US$ 9,30. Es muy difícil. Hay que tener mucho coraje para seguir adelante”, expresó.

El empresario señaló que este año todo el sector arrocero tenía mayores expectativas de precio, considerando los altos costos de producción, que se incrementaron mucho en esta zafra. “No tenemos muchas opciones y tuvimos que aceptar el precio que propuso la industria, pero es muy bajo y no cubre las necesidades que hoy tiene el sector productivo”, aseguró.

Comentó que la situación de cada productor es particular, pero consideró acertada la estimación realizada por la Asociación Cultivadores de Arroz (ACA) de un precio de US$ 10,60 para cubrir los costos. “Con ese precio podremos seguir adelante, sino será muy difícil”, afirmó.

El costo más alto para los arroceros es el combustible. “Estamos luchando por una rebaja en el gasoil, que es un insumo muy importante para el sector, también la energía eléctrica, porque trabajamos con bombas para el riego”, explicó.

Actualmente Manara no solo produce arroz sino también soja y ganadería. Dijo que dentro de la estructura de la empresa el arroz representa entre 35% y 40% de la facturación. Este año produjo 182 bolsas de grano seco y limpio, una cosecha muy importante en un área de 1.200 hectáreas. “Una pena que el precio no es bueno”, se lamentó.

Al ser consultado si volvería a Brasil para continuar con su actividad, respondió que no porque en Uruguay construyó una estructura productiva y una familia. “Quiero seguir en el país, al que le debo mucho. Una pena que vemos pasar los años y continuamos con las mismas necesidades en el sector arrocero”, concluyó.

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