En 2016 Bunge tuvo ingresos de 42.700 millones de dólares. Ya el año pasado Glencore vendió 49% de su rama agrícola a dos fondos de pensión canadienses por 3.000 millones de dólares, pero en el primer trimestre de este año registró una caída de más de 80% en sus ganancias netas.
Glencore, la gran empresa minera y comercializadora suiza, especializada en transacciones globales de commodities industriales, se ha propuesto adquirir la compañía Bunge, la más antigua firma granaria del mundo –fundada en 1818–, y que cotiza en Wall Street.
Bunge es la letra “B” de la sigla integrada por las compañías trasnacionales que dominan el mercado de granos en el sistema mundial (ABCD / Archer Daniels Midland / Cargill / Louis Dreyfus); y el año pasado tuvo ingresos por 42.700 millones de dólares, con una cotización de 11.500 millones de dólares en los activos accionarios de Nueva York.
El extraordinario proceso de consolidación que experimenta la industria agroalimentaria mundial es consecuencia del shock de superoferta provocado por las cinco cosechas norteamericanas de los últimos seis años, que han debilitado la tasa de retorno de las grandes trasnacionales, al tiempo que se han visto obligadas a multiplicar la producción para satisfacer una demanda –esencialmente china y asiática– que crece muy por encima de la oferta, y aumenta sus costos marginales.
Glencore vendió el año pasado 49% de su rama agrícola a dos fondos de pensión canadienses por una suma de 3.000 millones de dólares con el objetivo de recaudar fondos para realizar adquisiciones en gran escala.
En el primer trimestre de 2017, Bunge experimentó una caída de más de 80% en sus ganancias netas, y enfrenta ahora la imperiosa necesidad de recortar costos, en tanto que sus ganancias marginales (por unidad de producto) declinan constantemente en una perspectiva de mediano y largo plazo.
Esta crítica situación va más allá de Bunge. El Índice Bloomberg de Granos ha caído 43% desde 2012; y esto implica una declinación de 3 y 4 dólares por tonelada en el margen de ganancias de todas las ABCD, en comparación a los niveles 8 y 10 dólares superiores por tonelada que tenían hace cinco años. Todo en el negocio de commodities agrícolas depende del margen de ganancias adicionales.
La compañía resultante de la fusión o adquisición Glencore /Bunge tendría ganancias netas por 2.800 millones de dólares, antes del pago de intereses, impuestos, depreciación, y amortización, además de una deuda de 9.000 millones de dólares.
Lo notable es que en este cuadro tan ominosamente oscuro, la situación económica de largo plazo de las grandes trasnacionales agroalimentarias es extremadamente sólida. La situación estratégica global de las integrantes del arco ABCD la fija el hecho decisivo de que la demanda asiática, fundamentalmente china, crece sostenidamente por encima de la oferta.
Esto significa que la demanda agroalimentaria en la República Popular es arrastrada por una poderosa y creciente clase media de 300 millones de personas con un nivel de ingreso per cápita comparable al norteamericano (entre 35.000 45.000 dólares anuales). Esta clase media ascendería a 400 millones de personas en 2020, y más de 1.000 millones 10 años después.
Por eso la consolidación de la industria agroalimentaria mundial es un camino de una sola vía, irreversible, que muestra hasta qué punto ha surgido una sociedad global creada por la revolución de la técnica.
Fuente: Clarin.com